La entrada de autobuses, camiones y tractocamiones usados al territorio nacional continua creciendo de forma alarmante. En el periodo enero a agosto de este año han llegado 12,547 unidades usadas, las cuales afectan la venta de unidades nuevas.

Esta cifra representa un aumento de 86.3% con respecto al  2012, lo que significa 5,812 automotores más, que en la mayoría de los casos no están fabricados para los caminos mexicanos y tiene una vida útil de poco tiempo, además de no cumplir con ningún tipo de norma ecológica. Para tener una idea del problema, en el año anterior entraron 11,647 vehículos pesados y en 2013, durante los primeros ocho meses se superó ese número.

El 75% de estos vehículos entran por seis aduanas, vía amparos promovidos por organizaciones dedicadas a estas actividades. La principal frontera para introducir estos automotores es San Jerónimo-Santa Teresa, Chihuahua, con cerca de 24%. Algunas autoridades consultadas se negaron emitir comentarios sobre el porqué se permite la llegada de estos vehículos sin ningún tipo de revisión.

En total, desde enero de 2009 -cuando se permitió la entrada de unidades pesadas usadas- se han internado a México un total de 41,363 automotores.