Renault Maxity.

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Cada vez escuchamos con mayor frecuencia el lanzamiento de vehículos eléctricos y de importantes avances en estas tecnologías con el fin de hacerlas rentables para las empresas del transporte. El desarrollo de una adecuada infraestructura será, sin duda, clave para que su uso se vuelva generalizado.

Los primeros desarrollos de Vehículos Eléctricos (VE) se llevaron a cabo en Europa en 1830, pero fue hasta 1873 cuando se construyó el primero de ellos, en Inglaterra. Para 1900, en Estados Unidos ya había una flota de 1,575 unidades de este tipo.

Nueve años más tarde, el mercado estaba dominado por unidades con motores de combustión interna y, al mismo tiempo, se mejoraron las gasolinas y la potencia y autonomía de dichas máquinas.

De acuerdo con información de la Comisión Nacional para el Ahorro de Energía (Conae), en 1930 se detuvo la fabricación de vehículos eléctricos y desde entonces, solo fueron utilizados con propósitos específicos y en circunstancias restringidas.

A partir de 1960 se incrementó el interés de gobiernos y organizaciones ambientalistas y sociales por buscar soluciones a la contaminación proveniente de los automotores. Una década después Alemania se integró al desarrollo de los eléctricos, al igual que Estados Unidos, Japón e Inglaterra, entre otras naciones.

Los primeros vehículos que llegaron a México fueron importados de E.E. U.U. y desarrollados originalmente para ambientes industriales y propósitos recreativos, como los campos de golf. Fueron adaptados y después armados en nuestro país, principalmente para la distribución de mercancías.

En la actualidad prácticamente todas las armadoras a nivel mundial y algunas empresas pequeñas están desarrollando vehículos de este tipo, aunque en su mayoría son automóviles.

En Dinamarca, las empresas Project Better Place y DONG Energy trabajan en un proyecto para ofrecer autos eléctricos a precios asequibles y con el mismo comportamiento en carretera que los vehículos con motores de

Navistar eStar.

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combustión interna. En Gran Bretaña, el gobierno da incentivos económicos y administrativos a quienes compran un vehículo de este tipo.

En México, flotas que se han caracterizado por su compromiso con el medio ambiente como Bimbo, Coca-Cola, Electropura, Peñafiel, Cervecería Cuauhtémoc y Moctezuma entre otras, han incorporado vehículos eléctricos para la distribución de sus mercancías sobre todo en las zonas urbanas.

Pros y contras de un VE

  • No contaminan
  • Son silenciosos
  • No dependen de un combustible derivado del petróleo
  • Sus sistemas son simples, por lo que su servicio y mantenimiento son económicos.

Contras

  • Su costo es alto
  • Son de baja velocidad (la máxima oscila entre 50 y 90 km/h)
  • Reducida capacidad de carga (de 600 a 1,500 kg).
  • Requiere instalaciones para la recarga de baterías
  • Precisan capacitación de mecánicos para su mantenimiento

En un estudio la organización ambientalista World Wild Life Fund (WWF) en España, expone cómo los vehículos –alimentados total o parcialmente con la electricidad suministrada a través de la red convencional–, son hasta tres veces más eficientes que los propulsados por hidrógeno, otra tecnología alternativa y de cero contaminantes.