La trayectoria de Elizabeth Ventura en la Asociación Nacional de Distribuidores de Llantas y Plantas Renovadoras no es reciente. Con más de 20 años afiliada y cerca de ocho como tesorera, la operación de la organización no le es ajena. Sin embargo, los primeros nueve meses al frente de la ANDELLAC le han permitido experimentar la realidad del sector desde otro punto de vista.

Y el resultado es claro: “Han sido nueve meses llenos de retos, oportunidades, obstáculos y muchas satisfacciones. Hay demasiado trabajo por hacer y en este camino andamos”, declara la directiva.

Uno de sus principales retos es aumentar la membresía de la asociación. ¿La clave? Para hacer aún más atractiva la inclusión de nuevos agremiados, Ventura Rendón ha puesto el enfoque en la capacitación, de tal manera que todos los asociados tengan más y mejores elementos para solventar las necesidades del mercado, que cada vez son más exigentes y requieren un servicio de primer nivel.

En entrevista para TyT, la empresaria señala que, por otro lado, un obstáculo urgente en la agenda del sector es la entrada en México de llantas asiáticas de baja calidad y otras usadas, provenientes principalmente de Estados Unidos, situación que en reiteradas ocasiones ha sido expuesta ante la Secretaría de Economía.

“Tristemente, no hemos tenido muchos resultados. Las autoridades insisten en que estas prácticas obedecen a los intereses de quienes tienen menos recursos para comprar llantas Premium. Yo difiero categóricamente de este argumento, ya que no se trata de vender gallitos, sino de comprar peligros”, refiere.

“Una llanta usada muestra sus defectos cuando está inflada, y esto sucede, evidentemente, cuando ya está rodando en carreteras mexicanas. Los transportistas que realizan esta práctica necesitan comprar cuatro o cinco neumáticos usados para efectuar los recorridos que harían con uno de alta tecnología. Al final, el resultado económico es el mismo, mas no las condiciones en las que circulan sus unidades”, apunta la entrevistada.

El trabajo de la ANDELLAC, en este sentido, es hacerle ver a la autoridad que lejos de beneficiar a los transportistas, les están afectando, porque están pagando más: al medir las garantías, el rendimiento, el ciclo de vida y, por supuesto, el costo por kilómetro, las diferencias son evidentes, al igual que los riesgos. Por eso hay que insistir en el tema de la capacitación, ya que en México todavía prevalece la falta de registro de los costos de operación, sobre todo en los pequeños transportistas.

“Insistimos mucho en ofrecerles capacitación, ya que con frecuencia los transportistas no se dan el tiempo para medir y llevar un registro puntual de sus operaciones. Tampoco consideran las condiciones físicas de la unidad, las rutas en las que circulan, ni el momento oportuno para retirar los cascos y someterlos al renovado.

Nosotros garantizamos que cuando llevan un registro puntual, comprueban el beneficio. Y por si fuera poco, cuando descubren que circular con neumáticos en buenas condiciones también repercute en el ahorro de combustible, terminan convenciéndose de comprar llantas de alta calidad”, declara Ventura.

Industria del renovado, en serios problemas

Si bien hablar de una crisis en el renovado de llantas pudiera ser un asunto relativo, la verdad es que su adopción en México no solo no ha crecido, sino que hoy por hoy está en serios problemas, al grado de que algunas plantas dedicadas a esta tarea han tenido que cerrar en los últimos meses.

“La afectación principal se ha dado en las plantas renovadoras más pequeñas, las cuales habian sido fuente de trabajo para seis o siete familias por varias generaciones y ahora han tenido que cerrar”.

El problema está ligado directamente con el aumento de la importación de llantas de baja tecnología, que son baratas, pero tambien inseguras. Y la razón, una vez más, está en el costo. Esto a pesar de que un neumático renovado ofrece mejor desempeño, sin ser necesariamente más caro, según lo explica la presidenta de la ANDELLAC.

Si bien los precios de las llantas dependen de las medidas, un neumático Premium oscila en los 7,500 pesos; uno de baja tecnología, importado preferentemente de China, se comercializa en cerca de 3,000; mientras que uno renovado promedia los 2,800 pesos.

El problema está en la percepción, ya que muchos transportistas se inclinan por comprar una llanta nueva de baja tecnología, sin importar que ofrezca un rendimiento inferior a una renovada o vitalizada. “No llevan registro puntual de la vida de sus neumáticos”, reitera la directiva.

Caso contrario al de las flotas más profesionales, las que miden todos sus costos y saben que el renovado de llantas es una apuesta conveniente en todos los sentidos: económico, de rendimiento, ecoamigable y de seguridad.

Sobe el Expo Congreso

Luego de tres ediciones realizadas en Cancún, el evento más importante para la industria llantera en México regresa a Acapulco, lugar que albergó durante 25 años su Expo Congreso y que ahora vuelve a recibir a los principales fabricantes, proveedores y distribuidores de todo el país.

Entre los objetivos de esta edición se encuentran: fortalecer la proveeduría, ofrecer equipos de alta tecnología y mejores maquinarias, impartir conferencias que ayuden a encontrar soluciones a la industria, además de fomentar la integración entre el gremio y la creación de nuevas relaciones de negocio.

“Regresar a Acapulco es una petición de los agremiados, y representa una oportunidad para reivindicar a uno de los principales destinos turísticos del país, ya que a pesar de la percepción que se tiene de Guerrero, éste es un lugar muy querido por la industria llantera en México. Esperamos superar las expectativas de quienes nos visitan y ofrecerles una experiencia que les aporte valor en sus negocios”, manifestó la presidenta de la ANDELLAC.