“El que mucho abarca, poco aprieta”, con esta máxima de la filosofía popular, Manuel Sotelo, vicepresidente de la región Norte de Canacar, explica que al delegar el quehacer de la cámara en zonas específicas del país, su labor como líder regional es más específica, pues los puntos a trabajar son concretos y medibles, al igual que los retos y las áreas de oportunidad.

Esta región comprende los estados de Chihuahua, Durango y Zacatecas y al ser tres entidades por las que circulan muchos vehículos de este a oeste y viceversa, las condiciones de muchos tramos carreteros no están en las mejores condiciones, sobre todo, porque muchos transportistas viajan con sobrepeso.

“No hay básculas que verifiquen que se respete la NOM-012 (sobre pesos y dimensiones) y esto es responsabilidad de cada entidad. Por un lado, las autoridades deberían hacer que se respete la ley, y por otro, los transportistas deberíamos estar conscientes de que, a la larga, los sobrepesos dañan nuestra infraestructura”, explica.

Y en cuanto a las especificaciones por entidad, detalla, Chihuahua, al ser un fronterizo, depende mucho de la inversión extranjera directa, mientras que Durango tiene exigencias más industriales, y Zacatecas ya está más combinado entre lo industrial y lo agrícola.

Del total de transportistas registrados en los tres estados, solo el 23% está afiliado a Canacar, y es por eso que el representante regional tiene claro que el trabajo a realizar aún es mucho y que lo lograrán llevando el mensaje de la cámara a todos los rincones de la región: que conozcan los beneficios de afiliarse y que sepan que hay alguien que puede respaldar su negocio.

El sector está pulverizado

Este problema es de carácter nacional y la región norte no es la excepción. Sotelo explica que en México hay más de 170 mil empresas transportistas, y de éstas solamente el 0.5% son firmas con más de 100 vehículos, mientras que entre el 2.4 y 2.6% tiene entre 30 y 100 unidades; las demás, pequeñas y hombres-camión, ocupan la gran mayoría del sector.

La complejidad del sector hace que mientras unas empresas están ocupadas en la profesionalización y la competitividad, otras solamente tengan tiempo para vivir al día. “El hombre-camión en general no tiene tiempo para involucrarse en las actividades de un organismo como Canacar. Debería, pero para ellos es más complicado, pues tienen que trabajar operando sus camiones”.

En este sentido, hay quienes no se pueden dar el lujo de decir que no al trabajo. “De ahí la problemática del sobrepeso, pues en muchas ocasiones las empresas son las que dictaminan tanto el precio de los fletes como las dimensiones de la carga. Y si no uno dice que no, pues siempre habrá otro que diga que sí. Una vez más, los sobrepesos que siguen dañando las carreteras”.

Además, en el caso particular de Chihuahua el tema aduanal es fundamental, pues el 70% de la inversión en el estado proviene de Estados Unidos, de suerte que la entidad depende más de lo que sucede en el mundo que de lo que pasa, incluso en el centro del país.

Esto a diferencia de Durango y Zacatecas, cuyo comercio sí está más relacionado con la capital y la zona centro. En ambas entidades, la inseguridad también es uno de los principales retos a enfrentar, por eso en las tres entidades la Canacar regional tiene reuniones periódicas con la PF y con la SCT para establecer líneas de acción en conjunto, a fin de solventar las principales necesidades del sector en dichas zonas.

Por último, Manuel Sotelo agrega que si bien la profesionalización del autotransporte supone ser el gran aliado en los actuales esfuerzos de la industria, para lograrlo se necesita la participación y el compromiso de distintos entes: gobierno, empresas, transportistas. “Solo así podremos cambiar la cultura del autotransporte en el país, ya que, además de la renovación de la flota, es indispensable sumar pequeños esfuerzos para conseguir uno más grande, capaz de reivindicar y fortalecer al gremio”.