Los temas a los que deberá estar atento el sector automotor son el tipo de cambio, las tasas de interés, los precios del petróleo y la economía estadounidense, principalmente.

“Las proyecciones de crecimiento y los resultados en el mercado dan pauta a un análisis positivo en 2016; sin embargo, hay muchas variables que afectan a la economía y pueden detener o disparar la demanda”, señala , Luis Reyes, Director de Ventas para México y Latinoamérica de Kenworth Mexicana.

En este mismo sentido, Guillermo Carbajal, Director Comercial de Volvo Trucks en el país, considera que el panorama para 2016 será “retador” ante la paridad del peso-dólar, el costo de los combustibles y las tasas de interés.

Respecto al tipo de cambio, los analistas del sector privado consideran que se mantendrá volátil al menos durante el primer semestre del año, por lo que no se descarta que el Banco de México (Banxico) eleve su tasa de interés en un porcentaje mayor –de entre 35 y 50 puntos base– de lo que lo haga la Reserva Federal (Fed) de Estados Unidos en sus próximas decisiones de política monetaria. Esto para evitar que el peso siga cayendo.

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Los pronósticos no son mejores en cuanto al precio del petróleo, ya que en lo que va del año la mezcla mexicana ha caído 24.37% y no se esperan mejores cifras, al menos para los siguientes 11 meses, en un contexto de apreciación global del dólar y altos niveles de oferta del combustible.

De acuerdo con el análisis de las firmas financieras Morgan Stanley y Goldman Sachs, los precios del crudo referencial Brent podrían caer hasta los 20 dólares, lo que terminará por afectar los precios del petróleo estadounidense WTI y la mezcla mexicana, de la cual depende el 18% de los ingresos públicos del país.

Incluso, un reporte del Grupo Financiero Scotiabank, señala que la mezcla mexicana de exportación descendería hasta los 15 dólares por barril (al cierre de esta edición, su precio al concluir el lunes 18 de enero fue de 20.71 billetes verdes por tonel). Cabe recordar que en la Ley de Ingresos de 2016 se estimó un precio de 50 dólares por barril.

Si bien la economía estadounidense no ha conseguido crecer de acuerdo a las expectativas, al menos mantiene su tendencia de aceleración, lo que resultaría provechoso para la economía mexicana.

Esto en particular para las exportaciones de la industria automotriz, donde un 80% de los vehículos producidos es enviado al vecino país del norte; sin olvidar que también representa el destino de más del 85% de las exportaciones de vehículos pesados, según cifras de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT).

“El mercado estadounidense está en aumento constante, situación que es favorable para la industria automotriz en México, pero que al mismo tiempo representa una amenaza, ya que la industria mexicana depende en gran medida del desempeño del país vecino”, apunta Albrecht Ysenburg, socio líder de la industria automotriz de la consultora KPMG en México.

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¿Y la economía?

Los pronósticos para la economía mexicana son moderados: el Banco Mundial (BM) ajustó a la baja el crecimiento económico de México para en 2016 al pasar de 2.96 a 2.8%, según sus más recientes Prospectos Económicos Globales; mientras que el Fondo Monetario Internacional (FMI) redujo su pronóstico para el país en dos décimas de punto, para dejar sus estimaciones en 2.6 por ciento.

Por otro lado, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) proyecta que la economía azteca crecerá un 3.5 por ciento.

Estas estimaciones entran en el rango de entre 2.6 y 3.6% de la expectativa divulgada por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Las perspectivas económicas de la iniciativa privada para 2016 también son moderadas, dado que sus analistas estiman que la economía mexicana crecerá a una tasa de 2.74%, misma que se elevará a 3.29% en 2017, de acuerdo con la última encuesta realizada por Banxico entre los especialistas económicos de dicho sector. A su vez, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) calcula que se alcanzará un crecimiento económico de 3% en este año.

Las proyecciones se encuentran en sintonía con los pronósticos para la economía mundial, e incluso para la estadounidense. En este sentido, el FMI también recortó sus expectativas para Estados Unidos y el mundo, estimando una expansión de apenas 2.6 y 3.4%, respectivamente, para 2016. Mientras que el BM prevé que el PIB global no crecerá más de 2.9% en este año, es decir, 0.4 puntos porcentuales menos que su previsión realizada en junio pasado.

Próxima entrega: «Reto y oportunidad de la industria de pesados ante la economía». Puedes leer el reportaje completo en nuestra edición enero/febrero. Suscríbete en:

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