No hay más: a los habitantes de la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) les gusta transportarse en auto, ¿cómo podemos afirmar esto? Con cifras muy claras que lo hacen patente.

Y es que de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), entre 2005 y 2013 en esta región de nuestro país prácticamente se duplicó el número de autos registrados, al pasar de 3.5 a 6.8 millones.

¿Por qué se generó este incremento? Por muchos factores, entre ellos, uno que parece muy simple: a las personas en general no les gusta utilizar el transporte público.

Así lo demuestra una encuesta realizada por Consulta Mitofsky, que advierte que son realmente muy pocos (6%) los ciudadanos que no tienen queja alguna contra este servicio.

El culpable de esta situación pareciera ser, de entrada, el propio transporte público y sus concesionarios; sin embargo, no en todos los casos lo es.

Décadas de errores

Así lo refiere Salvador Medina, Coordinador de Desarrollo Urbano del ITDP México, quien sostiene que en gran medida, la situación que vive el transporte público en la zona no se debe únicamente a que el servicio que se brinda sea malo, sino que la cuestión va mucho más allá.

“Los problemas del transporte están íntimamente relacionados con la nula planeación urbana que ha existido históricamente no solo en la ZMVM, sino en todo el país, y los efectos son palpables, ya que lo único que encontramos por todos lados son ciudades desparramadas y extendidas sin razón de ser”, explica en entrevista para TyT.

Y no está para nada equivocado, ya que si tomamos como base para confirmar su premisa la situación que vive la ZMVM, podremos entender lo nula o errónea que ha sido la política urbana en este lugar.

Los parámetros nos los da el crecimiento de la mancha urbana, la cual se ha expandido de manera caótica sin que esto asegure que la población se encuentre bien distribuida, sino todo lo contrario.

Los números sustentan esta hipótesis, ya que a pesar de que la Ciudad de México pareciera saturarse cada vez más, su cantidad de habitantes (actualmente de 8.9 millones) prácticamente no ha crecido en los últimos 16 años, cosa por completo diferente a lo sucedido en el Estado de México, donde el crecimiento poblacional sí explotó.

Y es que en los 60 municipios que existen dentro de la ZMVM, el número de habitantes se ha elevado en este mismo periodo a 6.9 millones, es decir, más del 50% del total de habitantes que hoy aporta la región. De esta manera, hoy se contabilizan en toda la ZMVM 20.6 millones de habitantes, con una clara tendencia al alza.

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Transporte deficiente, una consecuencia

¿Qué tanto ha afectado este crecimiento desproporcionado? Mucho, ya que en casi todos los casos los desarrollos de vivienda se hicieron mucho antes que los servicios básicos que requieren las personas para vivir, pareciendo que solo se buscaba construir por construir. El transporte público fue precisamente uno de ellos.

“Con esta expansión, lo que sucedió es que se empezaron a crear muchos desarrollos habitacionales, sin tomar en cuenta que para llegar hasta estos lugares o para desplazarse desde ellos, no existía ningún tipo de transporte público en el lugar, ni mucho menos planeación para el mismo”, advierte el especialista.

Esta situación no alteraría tanto la vida de los habitantes si no tuvieran que pasar en promedio dos horas y 42 minutos diariamente −de acuerdo con el TomTom Traffic Index− a bordo del transporte público para trasladarse, debido a la lejanía de sus centros de trabajo, los cuales siguen estando casi en su totalidad en la CDMX.

“El problema que presentan estos desarrollos, es que se encuentran muy apartados del entorno urbano, por lo que los centros de trabajo y entretenimiento están muy alejados de ellos y es preciso que las personas inviertan mucho tiempo para desplazarse”, señala.

Este hecho ha sido fundamental para el aumento del uso del automóvil, el cual se ha convertido en la principal herramienta de las personas que residen en estos lugares para contrarrestar las largas distancias y el deficiente servicio de transporte que se estableció como alternativa de movilidad.

DOT: medicina para atacar la enfermedad

Pero este problema de falta de planeación urbana no es privativo de la ZMVM, sino que también está comenzando a presentarse en otras ciudades del país, que tampoco están teniendo una visión integral respecto al tema, y que cada vez más están viendo cómo sus territorios se expanden.

¿Cómo atajar esta situación? Salvador Medina aclara que por medio de una herramienta llamada Desarrollo Orientado al Transporte (DOT), cuyo objetivo es evitar que las ciudades sigan creciendo sin límite. El propósito es compactarlas y aprovechar de la mejor manera su infraestructura de transporte.

“En términos simples, podemos definir al DOT como una estrategia de desarrollo sustentable que busca generar barrios con densidades poblacionales altas alrededor del transporte público masivo, evitando así que existan casos como los que tenemos en la actualidad”, describe el experto del ITDP México.

¿Qué se gana con esto? Principalmente dos cosas: que las personas no estén alejadas del entorno urbano y que tengan la alternativa de utilizar el transporte público antes de pensar en el automóvil, como tradicionalmente lo han hecho.

“Al tener contacto cercano con medios masivos de transporte público, como pueden ser los sistemas BRT, se motiva a las personas a caminar o utilizar la bicicleta para llegar hasta ellos, lo que también reporta beneficios a su salud”, señala Medina.

Es importante destacar que esta estrategia está pensada primordialmente para ciudades con más de 500,000 habitantes, en las que sea viable invertir en transporte público masivo.

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Instrumentos para su aplicación

Son muchos los análisis y evaluaciones que se tienen que realizar para poner en marcha el Desarrollo Orientado al Transporte; sin embargo, a grandes rasgos existen cuatro básicos que es indispensable considerar para poder pensar en su establecimiento.

1.- El primero de ellos consiste en examinar el territorio y ubicar, con base en los sistemas de transporte masivo ya existentes, las zonas en las que es factible fortalecer la densidad poblacional, a través de la construcción de viviendas.

2.- Posteriormente, y una vez que ya se comenzó a trabajar en los desarrollos habitacionales, es necesario pensar en el reforzamiento de la infraestructura de transporte masivo que existe, con el objetivo de que pueda brindar un servicio eficiente.

3.- También resulta conveniente que en estos lugares se destinen espacios para estacionar bicicletas, además de permitir la llegada de líneas de transporte alimentadoras, que trasladen a las personas que no quieren utilizar este medio o caminar hasta el lugar.

4.- Una vez que se cumpla con la meta de trabajar alrededor de los medios de transporte masivo, es necesario que las autoridades contemplen la posibilidad de invertir en nuevos sistemas públicos que puedan aplicar a esta modalidad.

Casos de éxito

Hablar del Desarrollo Orientado al Transporte significa ineludiblemente hablar del trabajo que se ha realizado en Curitiba, Brasil, en materia de construcción de ciudad integral.

Y es que fue en esta ciudad −ubicada en el estado de Paraná− donde se aplicó la estrategia a principios de los años 70. Fue el urbanista y político Jaime Lerner, quien decidió apostar por crear el primer sistema de transporte BRT en el mundo y, posteriormente, desarrolló toda una política de vivienda alrededor de él.

“Curitiba es sin duda una referencia mundial en planeación urbana, y si hoy vas a la ciudad, te puedes dar cuenta de que la vivienda está realmente alrededor de las estaciones de BRT, permitiendo que la gente se mueva de forma fantástica”, explica.

Por otro lado, Salvador Medina destaca el caso de la ciudad de Copenhague, en Dinamarca, la cual también es pionera −de manera sobresaliente− en la aplicación del DOT, en el cual comenzaron a trabajar desde hace ya bastante tiempo.

Su sistema fue básicamente creado como si fuera una mano extendida: en la palma se encuentra el centro de la ciudad, donde se ubican la mayoría de los empleos. Y sobre los dedos corren líneas de transporte masivo, donde están las zonas de vivienda, lo que permite a las personas hacer un uso muy reducido del automóvil.

Estação tubo UTFPR, BRT Curitiba

Avances en México

A pesar de que los resultados que ha dado a nivel mundial el DOT son destacables, en México esta estrategia apenas está comenzando a dar sus primeros pasos, impulsados primordialmente por organizaciones como el ITDP, que en la actualidad está trabajando, junto con el gobierno local, en un proyecto de aplicación para la Zona Metropolitana de Guadalajara (ZMG).

El trabajo de la Organización consiste en establecer un plan que permita a esta zona del occidente de nuestro país, ser en el futuro uno de los primeros sitios en donde tanto la movilidad como la estrategia de desarrollo de vivienda puedan ir de la mano.

Es importante destacar que las autoridades de Guadalajara están apoyando totalmente la creación de este documento, que les servirá para después presentarlo ante potenciales inversionistas, con miras a obtener financiamiento para la aplicación del DOT.

Por otro lado, aun cuando lo ha hecho a paso lento, la Zona Metropolitana del Valle de México también está empezando a trabajar en este tipo de políticas, impulsadas sobre todo por la CDMX, que paulatinamente ha ido mejorando su visión de ciudad y transporte.

Un paso interesante que la capital del país ha dado en este sentido, es la renovación de sus Centros de Transferencia Modal (CETRAM), con casos como el de El Rosario, que reúne en un mismo punto al Metro y al Metrobús, además de líneas alimentadoras y estacionamientos para bicicletas.

Asimismo, es innegable la labor realizada para el aumento de opciones de movilidad, por ejemplo, con nuevas líneas de BRT o Metro, y la renovación del parque vehicular del transporte público.

Sin embargo, expone Medina, el mayor reto que afronta la ZMVM no es únicamente el fortalecimiento de su infraestructura, sino fomentar una unión urgente entre la CDMX y el Estado de México, para que en conjunto, trabajen para resolver un problema que va más allá de su frontera tradicional. La pregunta es obligada: ¿serán capaces de romper las barreras políticas para trabajar unidos a favor de los ciudadanos? Únicamente el tiempo lo dirá.