El sector automotor tiene una proyección a futuro muy alentadora, pues se prevé que en poco tiempo México ocupe el quinto lugar mundial en producción de automóviles, señaló el diputado Francisco Sheffield Padilla, al instalar la Comisión Especial de la Industria Automotriz.

Ante representantes de la Asociación Mexicana de Distribuidores de Automotores (AMDA), de la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), de la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT) y de la Industria Nacional de Autopartes (INA), el legislador se comprometió a generar condiciones propicias para el desarrollo del sector, pues, dijo, representa un importante porcentaje del Producto Interno Bruto del país, genera una inversión extranjera significativa y un número considerable de empleos.

En su calidad de presidente de esta comisión, Sheffield Padilla apuntó que son necesarias políticas fiscales para detonar el mercado interno, aunque, dijo, “hubo un modesto avance en el Paquete Fiscal respecto de lo que se tiene que hacer”. Asimismo, hizo votos por que el trabajo de esta instancia legislativa dé frutos y propuso que sus labores sean coordinadas con otras comisiones, dados los alcances de los temas de la industria automotriz.

La diputada priísta Yulma Rocha Aguilar consideró que a pesar de que la industria automotriz se ha convertido en el mayor activo económico de distintos estados del país, se debe pasar de un perfil manufacturero a uno de innovación e investigación. Además, señaló, es importante robustecer a las empresas mexicanas, con el objetivo de que se incorporen a la cadena de producción de dicha industria y de esa forma, se beneficien tanto la inversión extranjera como la nacional.

El legislador de la bancada de Movimiento Ciudadano, Germán Ernesto Ralis Cumplido, se pronunció por generar una agenda para apoyar a este sector, golpeado por la entrada de miles de vehículos extranjeros que quebrantan un marco regulatorio. Agregó que se debe invertir en planes de competitividad y tecnología para un mayor desarrollo de la industria, pero al mismo tiempo, buscar cómo hacer ciudades sustentables donde quepan esos autos.

Por su parte, el panista Santiago Torreblanca Engell propuso crear una ley marco para la fabricación de vehículos que dé certeza al sector y sirva para fortalecer el mercado de exportación, que es muy importante. Estimó indispensable dar incentivos para evitar la compra de autos “chocolate”, mediante esquemas de chatarrización y de deducibilidad de impuestos. Propuso también que se calcule el impuesto sobre tenencia, con base en el valor del vehículo, y se considere un componente de emisión de contaminantes.

El representante de la AMDA, Juan Pablo Calderón Patiño, explicó:“Este año vamos a cerrar con los pronósticos de 1.6 millones de vehículos en el mercado interno, pero debe haber una política de renovación vehicular, no para vender más automóviles, sino para lograr mayor eficiencia energética, cuidado ambiental y movilización de la economía. El sector automotriz en México es de los que más contribuye al fisco”.

Indicó que son reprobables los intentos de regularización de autos “chocolate”, ya que “son un engaño a la gente y un premio a la ilegalidad”. Asimismo, se dijo preocupado por el déficit de seguridad en el Bajío y los atentados contra al eslabón productivo en ferrocarriles y tráileres. “Son un foco rojo el crimen organizado en estados como Tamaulipas y las crisis sociales que causan pérdidas económicas al sector en Chiapas, Guerrero y Oaxaca”.

En su intervención, Eduardo J. Solís Sánchez, presidente ejecutivo de la AMIA, solicitó a los legisladores implementar acciones que permitan potenciar el mercado interno y realizar mejoras al marco regulatorio para elevar la competitividad del sector. De igual modo, solicitó que se revisen los acuerdos comerciales internacionales, ya que esta vía contribuye al acceso a los mercados, además de impulsar los temas de investigación y desarrollo, pues estos son pilares de la industria.

Subrayó que el presupuesto no es suficiente, pues no está contemplando el fomento a la tecnología, la cual permite asegurar los recursos humanos de carácter mundial, y la generación de laboratorios de investigación, donde el gobierno puede entrar como socio.