El Macrotúnel en Acapulco, el corredor subterráneo más largo del país con más de 3 kilómetros de longitud, entró en operación este lunes.

Este paso, cuyo peaje es de 30 pesos, une la zona tradicional de La Costera con la Diamante en tres minutos y el Aeropuerto Internacional, es decir, reduce en 16 minutos los tiempos de recorrido en temporada baja y en más de una hora 30 minutos en periodos vacacionales, informó la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT).

Cuenta con 3 carriles -uno reversible-, señalización horizontal, sistemas de seguridad con videocámaras y un centro de control, ventilación e iluminación de la más alta tecnología -ahorradoras de energía y amigables con el medio ambiente-.

Con la obra se construyeron dos distribuidores: el de Brisamar y Cayaco, con los que se acercará en poco tiempo las zonas de El Coloso, Cayaco y Colosio con el área de Icacos, así como con la zona turística del Acapulco Dorado. Además, servirán servirán para el desahogo del tráfico en caso de inundaciones en estas zonas.

Acompañado por el Gobernador de Guerrero, Héctor Astudillo, y el Presidente Municipal de Acapulco, el titular de la SCT, Gerardo Ruiz Esparza, recorrió el Macrotúnel construido en una excavación de 493 mil 363 metros cúbicos.

El proyecto tuvo una inversión de 2 mil 188 millones de pesos en su primera etapa y, en la segunda, 850 millones de pesos, para un total de más de 3 mil millones de pesos, informó Javier Taja, Director General de la Comisión de Infraestructura Carretera y Aeroportuaria del Gobierno del Estado (CICAEG).

En el entronque Brisamar se utilizaron 1184 toneladas de placas de acero, 11,024 metros cúbicos de concreto y 962 toneladas de acero de refuerzo, mientras que para el entronque Cayaco se utilizó 375,964 metros cúbicos de conformación de terraplén, 364 toneladas de acero de refuerzo y 4970 metros cúbicos de concreto.