Corría el año de 1986 cuando Alejandro Vargas y su socio Alejandro Quijano dedicaban su actividad laboral al campo, concretamente, a las granjas de cerdo. Contaban con vehículos de carga para la distribución del alimento de los animales y genética porcina que traían desde Canadá.

Esta actividad no solo marcó los primeros años de la vida profesional del entrevistado, sino que además, dio nombre a lo que más tarde se convertiría en una exitosa empresa, pues su razón social: Genética y Alimentos, derivó en lo que hoy conocemos como GAL Transporte.

A pesar de la tendencia positiva que mostraba la operación de las granjas, la crisis económica de 1994 frenó la actividad y provocó que las unidades utilizadas para las labores de distribución quedaran prácticamente detenidas. En 1996, Alejandro Vargas identificó que varias empresas de la region estaban delegando a proveedores de transporte el manejo de sus mercancías y materias primas.

Fue así como surgió formalmente la empresa de transporte siendo proveedor en CAMPI, empresa que tres años más tarde fue adquirida por Bachoco. Para fortalecer su flota, Alejandro Vargas recurrió a la compra de unidades seminuevas, las cuales le permitieron ir perfeccionando su operación e incursionar en el traslado de cajas refrigeradas, así como de pollos y cerdos vivos.

Ante la cerrada competencia que existía en Yucatán entre las empresas proveedoras de transporte, Alejandro Vargas tuvo la visión de trabajar únicamente para aquellas compañías que requirieran un servicio especializado.

Derivado de esa misma idea y con el objetivo de ofrecer un servicio integral a sus clientes, GAL Transporte tomó la decisión de construir su propio Centro de Distribución Refrigerado en 2006, convirtiéndose así en operador logístico.

Tras un año de construcción, la nave refrigerada comenzó a operar en 2008 con 3,400 posiciones de almacenaje. “El primer año de operación no fue fácil, pero a base de esfuerzo y buen servicios logramos ir ganando la confianza de nuestros clientes”, comentó Alejandro Vargas. Desde el primer momento, GAL Transporte apostó por habilitar tecnológicamente la instalación incorporando un sistema de gestión de almacenes (WMS), el cual permite tener un control detallado, así como el registro de todos los movimientos, dándole visibilidad a los clientes de todas las operacionesle en tiempo real.

Si bien las crisis económicas, los constantes incrementos al diesel y la inseguridad que a diario padece en su operación representan grandes retos, GAL Transporte ha sabido avanzar con paso firme, haciendo de la calidad en el servicio su principal bandera, y rodeándose de proveedores capaces de brindarles el soporte necesario para impulsar su desarrollo.

A la fecha, la compañía yucateca cuenta con más de 300 unidades motrices: 230 tractos y 71 camiones de rango medio. En cuanto a equipo aliado se refiere, tiene 327 semirremolques: 219 cajas refrigeradas, 21 secas, 41 planas para pollo vivo y 46 dollies. En entrevista para TyT, Alejandro Vargas, director general de Grupo GAL precisó que cerca del 70% de su parque vehicular es Freightliner, predominando los modelos Cascadia y M2.

Desde 2014, la dedicación de la empresa ha traído consigo crecimientos anuales superiores al 20% y le ha permitido abarcar gran parte del territorio nacional. Actualmente, tiene operación en el sureste mexicano y, gracias a la puesta en marcha de un nuevo centro de operaciones en el Bajío, está llegando a ciudades como Guadalajara, Acapulco, Puerto Vallarta, Manzanillo, Zacatecas y San Luis Potosí.

Alejandro Vargas reconoce que una flota joven es un elemento de gran relevancia para garantizar una operación eficiente, promover el ahorro de combustible y reducir los costos de mantenimiento. Por ello, actualmente cuenta con un parque vehicular con antigüedad promedio de tres años.

Precisó que durante el periodo de crisis en 2008, se vio forzado a detener la compra de unidades; no obstante, retomó el buen paso y está convencido de lograr el objetivo de que todos sus camiones sean renovados al cumplir cinco años, proceso en el que Freightliner seguirá manteniéndose como su principal aliado.

Explicó que entre las razones para elegir Freightliner destaca la eficiencia de combustible y el desempeño de sus vehículos. Las primeras unidades que adquirió de esta marca, dijo, fueron los M2 y, complacido con el rendimiento que le ofrecieron, optó por comprar también los de largo recorrido.

Elogió la capacidad para satisfacer sus requerimientos operativos y la disposición para diseñar planes a su medida en cuanto a financiamiento y postventa se refiere.

Destacó también la iniciativa de precios en pesos, la cual le ha brindado certeza en cada una de las operaciones que ha cerrado con la compañía, siendo la más reciente la adquisición de 75 vehículos Cascadia con DD15 para su base de operaciones en Celaya.

Tener las unidades en óptimas condiciones es una de las prioridades del empresario, por ello, le resulta de gran conveniencia contar con los programas postventa que ofrece Freightliner para garantizar la disponibilidad de refacciones y, en caso de ser necesario, recurrir al rescate carretero mediante atención personalizada para la flota.

Otro de los valores de la marca identificado por el entrevistado, es su herramienta de telemática, Enlace Freightliner, la cual le da acceso a toda la información referente a la operación del vehículo y del tren motriz, permitiendo así adelantarse a las fallas mayores y agilizar los tiempos que las unidades pasan en el taller.

“Quizá no seamos los más grandes, pero debemos hablar el lenguaje de los más grandes”. Ésta es una ideología que GAL Transporte ha puesto en práctica en todas sus actividades, la cual le ha permitido negociar con las empresas líderes a las que presta servicio, ganar importantes contratos, apostar por el crecimiento de su infraestructura, reconocer el valor de sus casi 1,000 colaboradores, incorporar la tecnología necesaria para optimizar sus procesos y lo principal: poner los requerimientos de sus clientes en el centro de su operación.

Alejandro Vargas comentó que han seguido protocolos de seguridad vial y procesos para reducir la siniestralidad de sus unidades. De igual forma, consciente de que los operadores son fundamentales para la empresa, se encarga de brindarles la capacitación que requieren, darles unidades nuevas para cumplir su labor, depositarles puntualmente, ofrecerles un comedor en óptimas condiciones, así como proporcionarles uniformes, atención médica, área de dormitorios y todos los elementos que necesitan para concentrarse en su trabajo y realizarlo de forma adecuada.