La Iniciativa Privada coincidió en que la imposición de aranceles a la importación del acero y el aluminio de México y Canadá disminuyen la competitividad de la región y lastiman el arduo proceso de renegociación del TLCAN.

“Cualquier retroceso del TLCAN nos afecta a los tres miembros ya que debilita cadenas productivas, reduce los incentivos para mantenernos como una plataforma de producción y comercio de primer nivel, no permite aprovechar las ventajas competitivas y comparativas que tenemos y nos pone en desventaja frente a otras regiones que han asumido la integración industrial”, señaló en un comunicado la Cámara Nacional de la Industria de Transformación (CANACINTRA), que encabeza Enrique Guillén.

Por su lado, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) manifestó su rechazo a las medidas proteccionistas del gobierno estadounidense y señaló que son violatorias de la Organización Mundial del Comercio (OMC), distorsionan el comercio internacional y restringen el libre mercado.

“México debe ser excluido completamente de esta medida. Somos un socio comercial de Estados Unidos y del mundo; el principal comprador de aluminio y el segundo de acero de ese país”, demandó en comunicado el organismo, que lidera Juan Pablo Castañón.

“La posición de México se mantiene firme: no aceptaremos ninguna medida que restrinja la actividad económica y afecte a las cadenas productivas y la generación de empleos”, agregó.

Ambos organismos indicaron que respaldan la postura del gobierno mexicano de levantar medidas similares a productos estadounidenses y urgieron mantener un diálogo constructivo que permita salvaguardar los intereses del país.

“Reconocemos la importancia de dialogar y cooperar para construir el TLCAN que la región necesita, mas no a cualquier precio”, concluyó la CANACINTRA.