A diciembre de 2017, el sector asegurador mexicano pagó 5,630 millones de pesos (mdp) de indemnización por concepto de robo al transporte de mercancías, lo que refleja un aumento del 40% en relación a 2016 cuando se desembolsaron cerca de 2,252 mdp. El robo de carga en tractocamiones es el aspecto más alarmante, informa la Asociación Mexicana de Instituciones de Seguros (AMIS).

Ante la creciente ola de inseguridad que padece el sector autotransporte, el director general del organismo, Recaredo Arias, reconoció que algunas aseguradoras han dejado de ofrecer pólizas, pero, dijo, no ha sido una medida generalizada.

Detalló que algunas han dejado de proteger cargas, pero no vehículos. Hay otras que solamente retiraron sus servicios en las regiones donde el problema se ha salido de control, como es el caso de Puebla. Y otras, afirmó, siguen asegurando, pero con ciertas disposiciones con los clientes.

“Hay compañías que están invitado a sus clientes a que realicen operaciones de reparto de mercancías en ciertos horarios o con custodia, y que sean muy cuidadosos con la selección de personal, así como con datos de entregas, rutas e itinerarios”.

En términos generales, señaló que para un vehículo pesado y su carga, la mayoría de los asociados toman en cuenta las rutas, estados de principal operación y mercancías que transportan, antes de emitir una póliza. “Con estos valores, cada uno de las aseguradoras define los costos de los servicios que ofrecen”, afirmó.

Asimismo, hizo un llamado a las autoridades gubernamentales para que atiendan el problema de la inseguridad carretera. «Particularmente en vehículos de carga, ya llevamos más de 24 meses con estragos. Hay algo que se estaba haciendo bien, pero se ha dejado de hacer, y no entendemos por qué».

Destacó que la AMIS trabaja en conjunto con la Asociación Nacional de Transporte Privado (ANTP) y la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR), para ejercer acciones que aminoren las pérdidas.

Finalmente, el directivo señaló que el ligero crecimiento del 2.9% que tuvo el sector en 2017 –se había estimado un alza del 5.7 por ciento-, se debió a su directa relación con el tipo de cambio y la inflación, así como por las indemnizaciones que pagaron los asociados en rubros como vivienda y salud, tras los terremotos de septiembre pasado, así como los fenómenos naturales Lidia y Franklin.