Planteados como una vía de escape al tránsito vehicular, en la actualidad los segundos pisos están subutilizados, ya que el número de viajes persona que representan no justifica la inversión que se hizo para su construcción, y su funcionamiento afectó la infraestructura que ya existía para los vehículos privados, como el periférico, que actualmente es menos eficiente que antes, porque le quitaron salidas, entradas y carriles.

Así lo señaló Daniel Mastretta, diseñador Industrial por la Universidad Iberoamericana, socio fundador de Tecnoidea, empresa dedicada al diseño, desarrollo y construcción de vehículos de bajo volumen, donde desarrolló seis prototipos de autobuses, quien participará en el 7º Congreso Internacional de Transporte, que se llevará a cabo del 23 al 25 de abril, en la explanada de la delegación Cuauhtémoc.

En su visión, infraestructuras como la de los segundos pisos no sólo afecta la movilidad de las ciudades, porque el número de viajes que se realizan en ellos no desahoga el tránsito vehicular, sino que además disminuye el valor agregado de las zonas donde se construyeron, como ocurrió en la Ciudad de México, donde la plusvalía de los inmuebles bajó por el diseño de estas vías, que impactó todo su entorno.

Debe haber una conciencia clara de la autoridad en el sentido de no pueden seguir ciertas políticas de apoyo al transporte privado, pues de lo contrario las ciudades están condenadas a la inmovilidad, subrayó el especialista, quien participará en el 7º Congreso Internacional con el tema Diseñar Nuestro Transporte: Una Visión desde lo Real.

El análisis de Daniel Mastretta está íntimamente ligado con un estudio realizado por la Asociación Internacional de Transporte Público (UITP) a propuesta de la Asociación Mexicana de Transporte y Movilidad (AMTM), que encabeza Jesús Padilla Zenteno, donde se indica que hacia 2050 habrá más de 3 mil millones de vehículos en el mundo, por lo cual si no se toman medidas pertinentes para transformar la manera de transportarse, el problema de la movilidad será inmanejable.

Desde esa lógica, Daniel Mastretta estableció que si bien hay que concientizar mucho a la sociedad para que demanden más transporte público en lugar de vialidades para el privado, las autoridades tienen la definición de esa política, misma que hasta ahora ha priorizado el traslado de los vehículos propios.

Es momento de cambiar el paradigma, precisó, ya que continuar construyendo vialidades para automóviles no sólo afecta a la mayoría de las personas por unos cuantos que se trasladan en unidades privadas, sino que con el paso del tiempo esa política muestra sus contradicciones, que precisan corregirse.