”La ciudad de México transformará la morfología de sus calles para dar prioridad al peatón, transporte público y finalmente los autos particulares”, afirma Rufino H. León Tovar, titular de la Secretaría de Transportes y Vialidad (Setravi), del Gobierno del Distrito Federal, durante la inauguración de la 11ª. Asamblea de la UITP-LAD.

El funcionario agregó que expresó que la Ciudad de México se encuentra en la ruta de fortalecer la movilidad a partir de la puesta en marcha del Plan Integral del Transporte, que está en proceso de integración a partir de consultas con el sector transporte, de los jefes delegacionales y las dependencias involucradas.

Jesús Padilla Zenteno, vicepresidente de la División América Latina de la UITP, expresó que en México el sistema de transporte ideal es “el que te invite a dejar tu coche, donde vayas cómodo, que no vayas como sardina, con tiempos de traslado adecuado y a un costo accesible; eso es urgente porque mientras no lo tengas, la tentación de usar tu coche es obligada”.

Pero también, una red integrada en toda la ciudad para que el pasajero se mueva de un lado a otro, no de un lado pequeño a otro, donde le cueste trabajo y tiempo el transbordo y mucho dinero su movilización, como ocurre actualmente cuando el promedio que gasta la gente en transportarse es de 2 horas y media al día y/o 4.5 años a lo largo de su vida.

Lelis Teixeira, presidente de la Unión Internacional de Transporte de Pasajeros División América Latina, reiteró que la evolución en las ciudades latinoamericanas debe ser hacia un transporte de calidad y masivo, que permita los traslados en menor tiempo y mayor integración social; esto sólo se logrará con la extensión de nuevos sistemas como BRT (Bus rapid transit), que hoy corren ya por 55 países del mundo pero, sobre todo, “incentivadores de los sistemas de transporte masivo como los metros, BRT y ferrocarril”.

Iker Plazas, director general de la Asociación Mexicana de Ferrocarriles destacó que se encuentran en proyecto tres líneas de trenes interurbanos, con una inversión aproximada de a los 96 mil millones de pesos, de los cuales 35 mil serían para el México-Toluca, de 58 kilómetros para prestar el servicio a 250 mil personas al día.

El que irá de la capital mexicana a Querétaro tiene una estimación de 45 mil millones de pesos para dar servicio a 12 mil personas al día a través de 213 kilómetros de longitud, mientras el tercer proyecto ideado para el mismo número de 12 mil viajes al día es netamente turístico, que iría de Mérida a la Riviera Maya, con terminal en Punta Venado, un lugar cercano al sur de Playa del Carmen, donde llegan cruceros internacionales, con un costo alrededor de 16 mil millones de pesos.

Ángel Molinero Molinero, director general de la consultora Urbanismo y Sistemas de Transporte expresó que en el país la tarifa “es tremendamente baja” para poder otorgar un transporte de calidad, donde todos participan en la administración del desorden, desde los funcionarios municipales, estatales y federales, pasando por los legisladores y los propios transportistas, ya que, entre otras cosas, sus periodos de los gobiernos son cortos y cada quien llega con una visión diferente.

Agregó que en México hay una calma organizacional porque no hay controles, ni hay sanciones y mucho menos normas locales estatales o federales; sin embargo, expresó que poco a poco se está logrando amalgamar a los compañeros transportistas hacia un cambio.

El usuario no tiene muchas opciones más que tener un automóvil propio, porque el transporte público no cumple con las expectativas, propiciado por tarifas insuficientes en el país, ya que el promedio es de 5.60 pesos, que difícilmente permite lograr grandes cambios, sobre todo cuando 10% de la tarifa esta subsidiada por el transportista.

Agregó que las expectativas urbanas para el transporte en el país para el año 2020 es de 48 líneas de transporte férreo y 94 de BTR, además de cuatro mil rutas con mejor operación, para lo que se necesitaría un promedio de un billón de pesos para lograr el cambio.

Luis Fernando García Cerón de TMSA de Colombia destacó las dificultades que se han presentado en la transformación en todo el sistema distinto al BRT, donde tienen el reto de sustituir en tres años 17 mil autobuses por 12 mil vehículos nuevos, con una vida útil no máxima de no máxima a 12 años con tecnología Euro V o Euro IV mínimo, con paso a tecnologías hibridas y un sistema de operadores monitoreados.

“Ha sido muy difícil a sustitución de los buses anteriores, solo 8% mediante chatarrización, por eso un punto fundamental es la gradualidad de la implementación; el cambio abrupto implica una serie de cambios de costumbres en el ciudadano, en el empresario y en la autoridad”, añadió.

Para el experto, cuando ocurre un cambio así, en el inicio se darán traumatismos porque los autobuses nuevos no buscan al pasajero sino por el contrario, los ciudadanos buscarán al autobús; luego el caos también en el cambio administrativo al ser operados por empresas. “Es una transformación que no solamente tendrá que cambiar la mentalidad del empresario, sino que el ciudadano tiene que aprender a caminar, comprar una tarjeta, saber y conocer las líneas”.