Son muchas las ideas erróneas que existen acerca del procedimiento para dar nueva vida a las llantas, desconocimiento que, aunado a la entrada indiscriminada de llantas asiáticas de baja calidad, ha provocado que la industria del Renovado en México se vea seriamente amenazada, e incluso, varias plantas renovadoras se han visto obligadas a cerrar sus puertas.

A continuación les compartimos algunas de los mitos y realidades asociados al renovado con el objetivo de tener mayor claridad sobre este procedimiento.

Mitos

– Los pedazos de hule en la carretera son producto de una llanta renovada. En la mayoría de los casos, estos fragmentos son resultado de accidentes en una llanta nueva por explosiones o picaduras, provocadas por rodar los neumáticos a presiones inadecuadas, someterlas a esfuerzos excesivos, golpes, e incurrir en malas prácticas de conducción.

Una de las principales razones identificadas es el exceso de calor causado por llantas que operan con baja presión de aire, con sobrecarga o a exceso de velocidad. Cuando los neumáticos incurren en alguno de estos errores al recorrer largas distancias, la temperatura generada provoca que los componentes internos de la llanta se rompan.

 – Las llantas renovadas no pueden utilizarse en todas las posiciones. La única posición donde la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) restringe su utilización es en el eje direccional dentro de caminos federales, mientras que para uso urbano, no hay ninguna restricción.

En este sentido, Jean Barros, Coordinador Comercial de Vipal México, manifestó que esta idea surge a raíz de que las llantas de dirección van solas, a diferencia de las de tracción y arrastre que van en pares, lo que sin duda transmite mayor seguridad. Sin embargo, resaltó que los cascos renovados ofrecen las mismas prestaciones que una llanta nueva, siempre y cuando se recurre a los renovadores autorizados.

– Los cascos renovados no ofrecen la misma capacidad de carga, vida útil ni rendimiento. El proceso de renovado tiene puntos de control muy estrictos que dan como resultado un casco que cumple con estándares internacionales. Además, las materias primas que se usan son de alta calidad. “Ninguna característica se pierde, un neumático de camión renovado, tendrá la misma capacidad de carga y velocidad que uno nuevo”, detalló Mauricio Medina, Gerente de Mercadotecnia División BBTS de Bridgestone de México

Al respecto, David Zaragoza, Gerente de Producto Michelin Camión, manifestó que la vida útil de una llanta renovada puede ser igual a la de una nueva, siempre y cuando ésta sea sometida a los mismos cuidados: checar la presión, evitar desgastes irregulares, recurrir al balanceo y rotación, así como mantenerla libre de objetos entre los surcos del dibujo, realizar inspecciones visuales para identificar golpes, grietas, cortes, pinchaduras y hoyos.

– Las llantas renovadas no ofrecen la misma seguridad que los nuevos. Un dato relevante en esta materia, es que cerca del 80% de todas las llantas en servicio de las aerolíneas en Estados Unidos, es renovado. Adicionalmente, los neumáticos renovados son utilizados de manera segura en autobuses escolares, camiones de bomberos, ambulancias, vehículos de servicio público y taxis, así como en vehículos militares y gubernamentales.

 

Realidad

– El renovado representa una alternativa de ahorro. Al momento de tomar la decisión de compra entre una llanta Premium y una asiática de baja calidad, esta segunda parecerá más atractiva en cuanto a precio se refiere. Sin embargo, la otra, siempre y cuando se le dé un mantenimiento adecuado, podrá renovarse en promedio tres veces, y será justo ahí donde el transportista será capaz de percibir de manera contundente, los ahorros que este procedimiento trae consigo.

Mientras que el precio de una llanta Premium nueva ronda los 9,500 pesos, el costo de una renovada es de alrededor de 1,800 pesos, lo cual representa una inversión únicamente del 20% del precio de un neumático nuevo, comentó Mauricio Guerra, Gerente de Venta de Vitalizadora Guzmán.

– Alternativa amigable con el medio ambiente. Una llanta renovada solo requiere el 30% de los materiales que se invierten en la fabricación de una llanta nueva. En otras palabras, para producir una llanta de autobús o camión, se necesitan cerca de 83.3 litros de petróleo, mientras que para el renovado, esta cifra se reduce a 26.5 litros aproximadamente.

Además, el hecho de prolongar la vida útil de los neumáticos, ayuda a que éstos no sean desechados de forma prematura y terminen convertidos en focos de infección en las calles, tiraderos o ríos.

Otra de las ventajas ambientales, es que las propias empresas de renovado se encargan de certificar un destino final adecuado para las llantas que ya cumplieron su ciclo de vida. Una buena parte de estos neumáticos termina en los hornos de las cementeras, lo cual reemplaza al combustible que normalmente se sustraería de la naturaleza.