Ya hemos analizado en este espacio la complejidad que ha representado en muchos países –incluido el nuestro– tener disponible un diesel adecuado para satisfacer los requerimientos de las agencias ambientales y de los nuevos motores.  Aun cuando la gasolina y el diesel siguen siendo los combustibles más utilizados en el mundo, la implementación gradual de otras alternativas para sustituirlos es ya una realidad.

Los combustibles alternativos surgen de la necesidad de producir y usar carburantes más amigables con el medio ambiente, además de reducir las emisiones de contaminantes dañinos a la salud. Por otra parte, la finalidad es encontrar una solución a la escasez de petróleo.

Según el documento “Los biocombustibles en México” del Centro Mario Molina, diversificar la oferta energética e incrementar el uso de energías renovables es conveniente para México por razones estratégicas, económicas y ambientales. Además, afirma que los biocombustibles pueden jugar un papel destacado en este esfuerzo, pero puntualiza la importancia de que su producción y uso se apeguen a estrictos criterios de sustentabilidad.

En el caso particular de México, el sector transporte ocupa un lugar relevante en el consumo de productos petrolíferos (gasolina y diesel). Los contaminantes que en mayor proporción se producen en los vehículos que usan gasolina son: el monóxido de carbono, los óxidos de nitrógeno y ciertos hidrocarburos tóxicos como el benceno, los formaldehídos y los acetaldehídos. Las principales características de la gasolina, en cuanto a su impacto por las emisiones son: concentración de azufre, volatilidad y nivel de benceno.

A su vez, los vehículos a diesel emiten cantidades importantes de óxidos de nitrógeno y partículas metálicas, las cuales dependen de la tecnología del vehículo automotor, de las condiciones mecánicas de la unidad y de las características y calidad del diesel.

Frente a este panorama, algunos combustibles alternativos –especialmente los de origen vegetal– ofrecen la ventaja de no contener azufre –principal causante de la lluvia ácida– y la posibilidad de combinar su uso con los convencionales.

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Las opciones

Los carburantes más investigados para usarse alternativamente con los tradicionales son:

– Biodiesel: combustible renovable que se obtiene de aceites vegetales procedentes de plantas oleaginosas o bien de grasas animales. Es seguro, biodegradable y presenta reducciones en la generación de contaminantes como partículas, monóxido de carbono, hidrocarburos y compuestos aromáticos policíclicos. En la actualidad se emplea mezclado con el diesel del petróleo y las máquinas no requieren modificación alguna.

– Etanol: su uso como combustible representa una opción muy atractiva, debido a las bajas emisiones y a que puede ser obtenido de fuentes renovables. Tradicionalmente, el etanol se ha obtenido por la destilación del producto de la fermentación de azúcares simples, como la caña de azúcar. Puede emplearse solo, es decir, al 100% o mezclado con gasolina en diversos porcentajes. En este rubro también podemos mencionar al bioetanol, que se obtiene a partir del forraje y estructura de las plantas, lo que constituye una posibilidad de sinergia con la producción de biodiesel.

– Electricidad: en vehículos eléctricos se almacena en bancos de baterías y requiere un mecanismo que la reponga, como la conexión a la red de suministro, la cual puede ser alimentada de fuentes convencionales o renovables como la energía solar o eólica. Su principal ventaja es que las emisiones a la atmósfera están prácticamente libres de contaminantes.

– Hidrógeno: en autos propulsados con celdas de combustible de hidrógeno, éste y el oxígeno se mezclan en una celda. La reacción química resultante produce por un lado electrones –que cargan la batería en un auto– y por el otro, vapor de agua. No hay contaminación a partir de esta reacción y algunos prototipos de hidrógeno pueden recorrer más de 160 kilómetros con cuatro litros. No obstante, aunque el auto no emite contaminantes, la fabricación del hidrógeno generalmente produce grandes cantidades de dióxido de carbono en las fábricas. Además, su almacenaje, producción y transportación son costosos.

– Gas licuado de petróleo (Gas LP): se obtiene del petróleo crudo –es una mezcla de propano y butano principalmente. Los sistemas a Gas LP se utilizan en diversas partes del mundo, sobre todo para el transporte de carga y pasajeros, ya que es de fácil adaptación a los motores. Actualmente es una alternativa para la reducción en la emisión de contaminantes, probada por industrias de diferentes giros (refresqueras y alimentos, entre otras).

100E4758– Gas Natural: hoy en día es el combustible alterno más práctico y uno de los menos contaminantes. Adicionalmente, su uso en motores a diesel es la alternativa más viable al problema de la contaminación.

De los combustibles alternativos que actualmente se conocen, el Gas Natural y LP ya están siendo utilizados ampliamente en nuestro país, principalmente en vehículos de pasajeros y carga.

Cabe mencionar que sólo el biodiesel y el bioetanol son totalmente renovables, de aplicación directa, no implican cambios sustanciales a los motores y son idóneos para desarrollarse en México debido a que pueden fortalecer al sector agrícola, favorecer la independencia tecnológica, mejorar la administración de los recursos petroleros, además de exhibir excelentes beneficios ambientales.

¿Son viables?

KONICA MINOLTA DIGITAL CAMERAUno de los argumentos que más se usan para impulsar el uso de biocombustibles es su contribución a resolver el problema del calentamiento global resultante de la emisión de gases de efecto invernadero. Este aspecto ha sido motivo de muchos análisis y gran controversia, pero lo que está claro hoy en día, es que no cualquier biocombustible contribuye realmente a disminuir la cantidad de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Por ejemplo, los estudios integrales de Ciclo de Vida de los biocombustibles indican que el etanol producido a partir de maíz no contribuye a resolver el problema, y el obtenido a partir de la caña de azúcar sólo tiene un efecto positivo si se obtiene en forma muy eficiente y se aprovechan íntegramente los subproductos. En general, si se utilizan fertilizantes y combustibles fósiles para la producción y transporte de los biocombustibles, las emisiones asociadas de bióxido de carbono y óxido nitroso (un gas de efecto invernadero muy potente) compensan en gran medida los beneficios de usar combustibles renovables.

De hecho, en muchos casos el efecto neto es negativo, y que en lugar de combatir el cambio climático se le promueve.

En la Estrategia Nacional de Energía 2013-2017, se establece que uno de los retos más importantes que se enfrenta es la refinación, procesamiento y generación de los combustibles que el país demanda, así como aquellos asociados a la diversificación del parque de generación.

En este documento se afirma que para introducir exitosamente el uso de biocombustibles en el sector transporte mexicano es necesario determinar metas adecuadas conforme a la realidad nacional y continuar con la estrategia de adquisición de estos por parte de las paraestatales, de manera gradual, comenzando por el etanol anhidro.

 

Retos para México

Para la Secretaría de Energía, los principales retos que enfrenta nuestro país en materia de combustibles son:

  • Garantizar su abasto en todos los sectores
  • Mejorar la calidad de los combustibles que se producen
  • Desarrollar un mercado para combustibles alternativos
  • Recurrir a tecnologías que sean innovadoras, como el uso de hidrógeno