Cuando concluye la vida útil de las llantas, se convierten en residuos sólidos que al ser desechados sin control generan un severo daño al medio ambiente.

Esta premisa motivó a Jorge Medina Valtierra, profesor investigador del Instituto Tecnológico de Aguascalientes (ITA) —perteneciente al Tecnológico Nacional de México (Tecnm)—, a desarrollar un proceso químico que degrada los componentes de la llanta para obtener dos combustibles, uno líquido y otro carbonoso, ambos de alto poder calorífico.

Esta línea de investigación comenzó por una preocupación en relación con el almacenaje del hule de las llantas, pues se estima que en México se generan más de 50 mil toneladas por este tipo de residuos, los cuales son considerados por la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de los Residuos como un desecho de manejo especial.

“Ante ese problema, iniciamos una investigación sobre cómo aprovechar de otra manera las llantas que se desechan, que son miles de toneladas, es un problema muy grave. Nosotros lo que hacemos es realizar un proceso de pirólisis para obtener dos productos: líquido combustible y una especie de carbón”, declaró el investigador a la agencia informativa Conacyt.

La pirólisis es un tratamiento en ausencia de oxígeno y en presencia de nitrógeno, a través de este la llanta no se quema, sino que se degrada en sus componentes iniciales, evitando así la emisión de contaminantes a la atmósfera. Esos componentes iniciales sufren una segunda degradación, se introduce un catalizador para hacer el rompimiento polimérico del hule, produciendo un combustible muy parecido al diesel y la gasolina, así como un sólido carbonoso.

“Estamos hablando de que finalizado el tratamiento se aprovecha como 60 o 70 por ciento del peso del hule de llanta, el resto son gases. No nos hemos involucrado mucho en la caracterización de esos gases porque están muy diluidos, como están en presencia de un flujo de nitrógeno ya salen muy diluidos y es difícil caracterizarlo, pero se podría usar como un combustible también porque tiene su poder calorífico intacto”, detalló.

Combustible líquido

María Marisol Guerrero Esparza, estudiante del doctorado en ciencias en el ITA —plan de estudios inscrito en el Programa Nacional de Posgrados de Calidad (PNPC)—, ha analizado el proceso para la obtención de combustible líquido a partir de un proceso de pirólisis catalítica al hule de llanta. Para este proceso, se empleó un catalizador sólido que químicamente está conformado por una mezcla de zeolita ácida y gama lúmina, con una acidez de 0.65 por cada gramo.

“Lo que nos arrojó fue una mezcla entre la gasolina y diesel, es una mezcla entre seis y 10 carbones, mientras la gasolina está entre seis y ocho carbones y el diesel está entre seis y 12 carbones, entonces, está en medio de los dos combustibles más fuertes. El poder calorífico del combustible líquido es de 10 mil 800 kilocalorías por cada kilogramo, mientas que el diesel está aproximadamente entre 10 mil 200 kilocalorías por cada kilogramo y la gasolina está en 10 mil 500 kilocalorías por cada kilogramo”, explicó.