Durante 2018, mientras en Europa se vendieron un total de 65 autobuses eléctricos tan solo en Santiago de Chile se colocaron en el mercado 200 unidades de este tipo. De ese tamaño son las oportunidades que la región ofrece, señalaron expertos en el LATAM Mobility Summit 2019, durante el panel “¿Está lista Latinoamérica para la electromovilidad?

Gustavo Máñez, Coordinador Regional de Cambio Climático de ONU Medio Ambiente, explicó que América Latina apuesta por tecnologías más limpias debido al calentamiento global, pues si se continúa con la tendencia de emisiones, en 30 años aumentaría la temperatura en más de 3ºC, lo que implicaría que la Ciudad de México alcance el mismo clima que la zona desértica de Sonora.

“Es necesario un cambio y la movilidad eléctrica es parte del cambio, particularmente en el sector transporte que es el que está en más creciendo de inversiones a nivel global y en Latinoamérica”, dijo.

En este sentido, estimó que la región puede posicionarse como líder en el segmento de electromovilidad, incluso demostrarle al mundo un nuevo modus operandi con nuevos modelos de negocio.

Para detallar casos particulares, este panel contó con la experiencia de funcionarios de Chile, México y Argentina, quienes brindaron su visión particular y lo que se ha hecho en cada país.

Chile, con la flota eléctrica más grande

Andrés Rebolledo, Exministro de Energía del país sudamericano, recordó que el año pasado Transantiago, el sistema BRT de la capital chilena, incorporó 200 autobuses eléctricos, lo que lo convirtió en la flota con más unidades de este tipo en la región Latinoamérica.

¿Cómo lo hizo? Rebolledo explicó que primero se formó, hace casi dos años, la Estrategia Nacional del Electromovilidad, la cual aglutinó a todos los sectores involucrados – como la academia, concesionarios, operadores y empresas de energía -, marcando una visión conjunta y trabajo común; desde su visión la autoridad más bien debe facilitar los esfuerzos de ese ecosistema formado.

Además, reveló, Chile partió del hecho de no ser productor de hidrocarburos, lo que marcó la necesidad de buscar alternativas. “Lo primero que hay que concebir es que los avances en materia de electromovilidad son parte de la transición energética en los países hacia un modelo más sustentable”, puntualizó.

Para él, la clave para impulsar la electromovilidad está en los incentivos; pero no en un sentido fiscal, sino generar normas sobre cargadores, de seguridad, capacitación sobre unidades eléctricas;  contar con vías exclusivas, tarifas diferenciadas y promover la creación de modelos financieros, tanto en lo público como en lo privado, pues los bancos no preparados para ofrecer financiamiento de este tipo de unidades.

Asimismo, el rol de la autoridad está también en visibilizar ante la sociedad, los beneficios que trae la electromovilidad.

Cuatro motores de la electrificación en México

En su participación, Sergio Sánchez, Subsecretario de Gestión para la Protección Ambiental de SEMARNAT, apuntó cuatro razones que impulsan la electromovilidad en el país: seguridad energética, cambio climático, protección a la salud y nuevas tecnologías.

En el primer rubro, consideró que México debe ser más independiente en su consumo de energéticos; respecto al punto dos, recordó que existen compromisos frente al Acuerdo de París, donde el país se comprometió a reducir, para el año 2030, el 22% sus emisiones de CO2 y 51% las de carbono negro; respecto al tema de salud, enfatizó en la necesidad de seguir avanzando en la reducción de niveles de contaminación del aire en ciudades mexicanas; finalmente, se pronunció por la inserción de nuevas tecnologías a través de incentivos, en términos de creación de empleos y generación de mayor riqueza.

Asimismo, recordó que desde hace 30 años en el país se emprendió la ruta para impulsar tecnologías más limpias en los automotores, en el que, reconoció, los avances han sido lento, sí muestra resultados gracias al trabajo conjunto.

Una revolución imparable

Para Joaquín Blanco, Diputado de la región de Santa Fe, Argentina, estamos ante una revolución desde diferentes polos, pues en diferentes latitudes se generan nuevas tecnologías de electrificación; sin embargo, lo que es innegable es que es una revolución imparable y global: el desafío es saber cómo posicionarla.

Al representar a una provincia con una importante industria automotriz, dijo que otra tarea es mostrar lo que la electromovilidad aporta a este sector.

En materia de legislación, enfatizó que se debe brindar certeza con condiciones para poder invertir en movilidad alternativa. “El sector público debe crear las reglas del juego que sean creíbles, serias y que incentiven la inversión”, expresó.

Por otro lado, dijo, la revolución está en las nuevas formas de generar energía eléctrica; por ejemplo, en la ciudad de Rosario, Argentina, ya existen buses 100% alimentados por panales solares.

En México existen 16 OEMs que están planeando en los próximos cinco años lanzar alguna solución de vehículo eléctrico en el país, una tendencia similar a otros países latinoamericanos como Colombia, Chile y Argentina.

Ponentes del panel “¿Está lista Latinoamérica para la electromovilidad?»