Desde sus inicios hasta la fecha, la queretana FUMAQ, especializada en la manufactura de componentes de seguridad, se ha esforzado por mantener altos estándares de calidad en toda su producción, de la cual, el 60% está dedicada al mercado de equipo original, mientras que el 40% restante, enfocada en el aftermarket, se ha visto seriamente afectada por la invasión de piezas de ínfima calidad de origen oriental e incluso de fabricación nacional, provenientes de empresas de las que se desconoce si cumplen con las normas internacionales para fabricar componentes de seguridad.

Estos productos son comercializados a precios alrededor del 50% más bajos que los que son fabricados bajo un protocolo de seguridad y control en cada uno de sus procesos. “Existen empresas deshonestas que tienen un sistema de calidad, pero fabrican productos fuera de especificación con tal de vender barato”, detalló.

Alberto Martínez, Director General de FUMAQ, explicó que en lo va del año, las partes hechizas han acaparado de tal forma el segmento de repuesto, que en la actualidad ya tienen aproximadamente un 60% de participación. “No vamos a cerrar, pero no es justo, no es posible que nadie haga nada para remediarlo”, precisó.

Esta problemática ha cobrado fuerza por lo atractivo que resulta reducir el presupuesto que las empresas destinan a las partes de repuesto. No obstante, dijo, no toman en consideración aquella máxima que dice: “lo barato sale caro”, pues aunque el desembolso inicial es menor, la poca durabilidad de estas refacciones obliga a cambiarlas con mayor frecuencia. Es decir, la vida útil que ofrece uno de los componentes de FUMAQ, representa aproximadamente la adquisición de tres piezas hechizas.

“El problema en México es que la compra de refacciones es vista como un gasto, no como una inversión”, enfatizó el entrevistado. Por esta razón, varias flotas, sin importar su tamaño, sacrifican la seguridad de sus unidades ante la tentación de ahorrar unos pesos. “Es increíble lo que pasa en el país, escatiman 2 mil pesos en una unidad con valor de 2 millones de pesos”, agregó.

Lo más lamentable, precisó, es que la compra de componentes de mala calidad puede ocasionar accidentes en el camino, los cuales representan una amenaza para la seguridad de los operadores de vehículos pesados y para el resto de las personas que circulan por las carreteras mexicanas.

Explicó asimismo que los sistemas de frenado, en los que los tambores y las mazas son componentes de gran relevancia, están sometidos a altas temperaturas, siendo la capacidad de enfriarse una de las condiciones fundamentales para seguir operando de forma óptima. No obstante, esta cualidad de recuperación solo es ofrecida por partes como las de FUMAQ, que son producidas con altos estándares de calidad, ya que antes de ponerse en el mercado, son expuestas a una gran cantidad de pruebas y análisis para garantizar que serán capaces de hacer frente a las condiciones más extremas.

Con base en lo anterior, añadió que los famosos accidentes en los que los vehículos se quedan sin frenos, ocurren en la mayoría de los casos por el uso de componentes de baja calidad, que debido a una operación inadecuada, grandes cantidades de carga y pendientes pronunciadas como las que predominan en algunas zonas de la orografía nacional, son incapaces de responder de forma adecuada.

De cara a la problemática planteada, Alberto Martínez considera que la solución radica en la toma de conciencia por parte de los transportistas, quienes deben contemplar el Costo Total de Operación de las refacciones originales y no dejarse llevar únicamente por el precio. Aunque a corto plazo parece la mejor decisión, su elección implica dejar de lado el aval de una compañía de prestigio, el soporte que ofrece y la garantía que respalda su operación.

Sería de gran importancia, dijo, que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) regulara a todos los fabricantes e importadores de componentes de seguridad como: tambores, mazas, birlos, cámaras de aire, balatas y ejes para los remolques. Indagar sobre los materiales que los componen, conocer el alcance de las empresas, saber si cuentan con algún certificado y verificar quién lo emite.