Los gobiernos deben reflexionar sobre la transición hacia los camiones autónomos, a fin de evitar trastornos sociales potenciales por la pérdida de empleos, ya que si bien pueden contribuir al ahorro de costos, reducción de emisiones y seguridad vial, resulta preciso establecer los parámetros para esta gestión.

De acuerdo con un informe del Foro Internacional del Transporte (ITF) y la Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA), la Federación Internacional de Trabajadores del Transporte y la Unión Internacional de Transporte por Carretera (IRU), el uso de camiones autónomos podría reducir la demanda de operadores entre 50 y 70% en Estados Unidos y Europa hacia el año 2030.

Esto quiere decir la desaparición de 4.4 millones de empleos. Ante este escenario, el informe hace cuatro recomendaciones para gestionar de una forma sana la transición hacia los vehículos autónomos.

1. Instaurar un Consejo asesor

Los gobiernos deberían crear un consejo asesor de transición dedicado al sector del transporte por carretera, para que oriente sobre los problemas laborales asociados a la introducción de camiones sin conductor. El consejo debería ser temporal e incluir a representantes de los sindicatos, las empresas de transporte por carretera y los fabricantes de vehículos. Ayudaría al Gobierno a elegir la combinación adecuada de políticas para garantizar que los costos, los beneficios y los riesgos del transporte automatizado por carretera se distribuyan con equidad.

2. Sistema de permisos temporales

Considerar un sistema de permisos permitiría influir sobre el ritmo de adopción de esta tecnología y aportaría recursos destinados a los transportistas desplazados. En contextos en que las prestaciones de desempleo a escala de toda la economía se consideren inadecuadas, podría proporcionarse una asistencia adicional en forma de programas específicos en el mercado laboral para intentar ofrecer un nuevo empleo a los transportistas.

Asimismo, donde las posibilidades alternativas de empleo hayan sido también reducidas por la automatización, dichas ayudas se podrían materializar en más prestaciones sustitutivas de ingresos. Por razones de equidad, los fondos de ayuda para la transición deberían provenir de los principales beneficiarios de la operación de camiones sin conductor.

La venta de permisos a los operadores que disfruten de un descenso en los costos de operación se podría complementar con contribuciones de todos los usuarios de la carretera que se beneficien de la mejora en seguridad. Un diseño cuidadoso del sistema de permisos garantizaría que estos se empleen para gestionar con equidad la transición laboral y no como medio para limitar el libre movimiento de mercancías.

3. Establecer estándares

La armonización internacional de las normas es crucial para sacar el máximo partido a la tecnología de camiones sin conductor. Unos estándares y normas operacionales comunes, que permitan a los camiones autónomos un movimiento transfronterizo sin contratiempos, se deben instaurar como mínima a escala continental y preferiblemente a escala mundial.

El enfoque proactivo de muchos gobiernos ante los permisos de pruebas y las excepciones puntuales en las normas de trafico permite que se pongan a prueba diferentes enfoques en paralelo, lo que puede acelerar la maduración de la tecnología. Sin embargo, se corre el riesgo de que, ante esta competencia, no se preste la atención suficiente al objetivo ultimo de la armonización.

4. Continuar pruebas piloto

Los gobiernos, el sector y los investigadores deben seguir avanzando en las pruebas en carretera abierta, en corredores y áreas especialmente designadas, para experimentar con los vehículos, la tecnología en red y los protocolos de comunicaciones.

De este modo se pueden poner a prueba diversas tecnología sin comprometerse con un determinado estándar, empresa o tecnología al principio del proceso de desarrollo, con lo que se garantiza que las costosas inversiones a escala de toda la red no se despilfarren ni pequen de ser demasiado especificas. Así́ se ayudaría a garantizar que se optimicen los beneficios que la automatización del transporte de mercancías por carretera aportará a la sociedad.

Las recomendaciones fueron hechas por representantes de fabricantes de camiones, operadores y sindicatos de trabajadores del transporte, bajo los auspicios del ITF.

“El uso de camiones sin conductor podría consolidarse en muchas carreteras en los próximos 10 años. Ya operan en entornos controlados como puertos o minas y se están efectuando pruebas en carretera abierta en muchas regiones, como los Estados Unidos y la Unión Europea. Los fabricantes están invirtiendo grandes sumas en la automatización y son numerosos los gobiernos que revisan activamente sus normativas. Prepararnos ahora para el potencial impacto social negativo de la perdida de empleos reducirá́ los riesgos en caso de una transición rápida”, señaló José́ Viegas, secretario General del Foro Internacional del Transporte.