A la fecha, 2011 es recordado como el mejor año en la comercialización de vehículos de carga en Brasil con más de 179,000 unidades sembradas en el mercado. En 2012 se registró un descenso considerable del 22%, con 139,000 camiones colocados. Para 2013, llegó una recuperación representada por 154,000 automotores.

No obstante, el panorama en los siguientes años no fue nada alentador, pues en 2014 volvió a disminuir la venta, estacionándose en 137,000 unidades, mientras que en 2015 dicha cifra disminuyó prácticamente a la mitad con la comercialización de 71,000 vehículos. Cuando parecía que la industria había tocado fondo, fabricantes y transportistas se toparon con el fatídico 2016, en el que solo se lograron poner en circulación 50,000 camiones nuevos.

A pesar de la fuerte caída que ha experimentado el mercado brasileño, los fabricantes de vehículos vislumbran signos de recuperación, los cuales dejan al descubierto la posibilidad de alcanzar entre un 15 y 20% de crecimiento, que permitiría cerrar 2017 con un mercado cercano a la 60,000 unidades.

Los pronósticos positivos para la economía del país sudamericano, fueron impulsados por los fabricantes de vehículos con los lanzamientos y soluciones enfocadas en incrementar la rentabilidad de las flotas que presentaron en la vigésimo primera edición de FENATRAN, muestra celebrada hace unos días en São Paulo, Brasil.

Antonio Megale, Presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Vehículos Automotores (ANFAVEA), compartió que la economía comenzó a fluir y a alejarse de la crisis política del país: «El próximo año, cuando el PIB empiece a crecer, la reanudación de las ventas de camiones debe venir de una forma muy significativa», afirmó.

De igual forma, los fabricantes de vehículos presentes en la muestra brasileña, coincidieron en señalar que los clientes −quienes se han visto obligados a retrasar la compra de unidades− ya comenzaron a mostrar interés por adquirir nuevos equipos para hacer frente a la recuperación de la economía, soportada en gran medida por la agricultura, ganadería y minería, actividades que requieren el transporte para su desarrollo.