Como adelantamos la semana pasada, el Gobierno de transición dio a conocer su Plan Nacional de Paz y Seguridad, con el que busca “sustentar estrategias de recuperación de la paz, restablecimiento de la seguridad pública, prevención del delito, procuración e impartición de justicia, restablecimiento del estado de derecho y reinserción de infractores”.

Si bien Alfonso Durazo, próximo titular de Seguridad Pública, había adelantado la creación de un organismo especializado en la seguridad de las carreteras, la presentación del Plan estuvo más enfocada en ocho pilares de acción: en el inciso “B” del octavo punto destaca la creación de la Guardia Nacional.

Veamos con detenimiento algunos temas que infieren directamente en la seguridad de las carreteras.

El objetivo es claro y ambicioso: “la Guardia Nacional como instrumento primordial del Ejecutivo federal en la prevención del delito, la preservación de la seguridad pública, la recuperación de la paz y el combate a la delincuencia en todo el país.

Es importante destacar que el equipo de transición parte de la ineficacia de las policías federal, estatal y municipales, y principalmente de su falta de coordinación, para proponer la creación de la Guardia Nacional, que estará a cargo de la Secretaría de la Defensa Nacional.

Se busca que la Guardia esté conformada por 50 mil uniformados, provenientes de las policías Militar, Naval y Federal, además de civiles convocados para recibir capacitación y sumarse a este organismo.

“La Guardia Nacional quedará, pues, expresamente encargada de prevenir y combatir el delito en todo el territorio nacional y estará dotada de la disciplina, la jerarquía y el escalafón propios de las Fuerzas Armadas”.

 

Regionalización: ¿divide y vencerás?

 

Al ser una estrategia claramente militar, su estructura también lo será, pues habrá una división de 266 regiones en todo el país, que sesionarán todas las mañanas para coordinar esfuerzos con las tres instancias de Gobierno en materia de seguridad.

“En suma, se adecuará el Gabinete de Seguridad como instancia estratégica y de gestión de crisis. Su objetivo será garantizar la colaboración y perseverancia de todos los cuerpos de seguridad en el país, dotar de claridad a las reglas de convivencia y operación entre el gobierno Federal y los gobiernos estatales en materia de seguridad, observar los debidos protocolos sobre el uso de la fuerza, garantizar el respeto a los derechos humanos y establecer diariamente las respuestas ejecutivas a los problemas que se presenten”.

 

Los principales retos

 

Al margen de la polémica de mantener al Ejército en las calles y el reiterativo discurso en torno al combate a la corrupción, para que la Guardia Nacional opere como se espera, es importante considerar que, actualmente, la Policía Federal es la principal responsable de velar por la seguridad en las carreteras. Sus resultados son evidentes.

El Plan Nacional de Paz y Seguridad, al menos, menciona la falta de recursos humanos, económicos y técnicos de las diferentes policías en el país, sin duda una de las principales causas de la impunidad, crimen organizado y otros delitos.

“Se buscará que las diferencias de salarios entre un Ministerio Público federal, un policía federal y un juez federal, actualmente abismales, sean mínimas, dependiendo del rango y los niveles. Se requiere de una reforma histórica para que a los mejores abogados les resulte igualmente atractivo ser fiscal federal que juez federal y que sus remuneraciones y carrera no sean muy distintas; los efectivos policiales no deben quedarse muy atrás”.

Invariablemente, la corrupción existe por la oferta y la demanda. Y en este sentido, el cuarto punto del Plan consiste en la “Regeneración ética de la sociedad”. Hablando específicamente del autotransporte, el cumplimiento de las normas es fundamental, pues de  lo contrario, una vez más, la “mordida” a los federales ha contribuido a la ineficacia de las autoridades.

De esta manera, la promesa es clara y ambiciosa, sin embargo delegar la seguridad en una institución que tampoco genera confianza, relacionada con violación a los derechos humanos, puede generar todo tipo de reacciones.

Y como suele pasar, el tiempo acabará por darles la razón. O no.

Para revisar el Plan Nacional de Paz y Seguridad, pulsa el siguiente enlace:

Plan Nacional de Paz y Seguridad