Tras el anuncio realizado por el presidente Enrique Peña Nieto acerca de la libre importación de combustibles a partir del primero de abril, Montemayor manifestó que ésta representa una señal más de que actualmente Pemex no tiene la capacidad para el abastecimiento de diesel de Ultra Bajo Azufre (UBA) a nivel nacional.

Señaló que si bien esta apertura energética podría implicar una mayor disponibilidad de dicho combustible, el requerimiento puntual del sector autotransporte es que a lo largo y ancho del país se cuente con la infraestructura necesaria para su abasto. Añadió que una vez cumplida esta premisa, el reto estaría en que las autoridades otorgaran bonos para la adquisición de vehículos pesados que vayan en línea con las regulaciones de emisiones dictadas por la NOM-044, los cuales podrían experimentar un incremento en su costo cercano al 20%, cifra que sumada a la devaluación del peso frente al dólar, pondría su precio por la nubes.

Por otro lado, agregó que las armadoras, socios comerciales de gran relevancia para los autotransportistas, deben contar con una fecha precisa por parte de las autoridades, con el objetivo de realizar la planeación necesaria en términos de proveeduría, producción y capacitación para su red de distribuidores con base en la nueva normatividad de emisiones.

Montemayor manifestó que desde su punto de vista, resultaría más benéfico para el medio ambiente y la sociedad, el hecho de sacar de circulación los vehículos obsoletos y reducir así la antigüedad del parque vehicular en vez de dar un salto tan radical en la regulación de emisiones.

Por lo anterior, destaca la importancia de seguir impulsando el programa de renovación vehicular. Al respecto calificó de acertada la aprobación del encadenamiento de unidades, iniciativa que tras dejar en claro las reglas bajo las que estará operando puede resultar una excelente alternativa para fortalecer el mercado de unidades seminuevas y a la vez fomentar la venta de vehículos nuevos a través del estimulo que reciben las grandes empresas.