La Confederación de Cámaras Industriales (CONCAMIN) señaló que el sector atraviesa por un periodo de grandes dificultades: en 2017, la industria en su conjunto registró una tasa negativa del .64%, mientras que la minería lo hizo a -9.8% y la construcción a -1.1%.

Este registro, advierte la organización, no es resultado de un mal año o un sexenio complejo, sino en buena medida de la indiferencia política y la ausencia de una política industrial.

“El costo de no haberla tenido en las pasadas tres décadas se puede apreciar en la reducción de la mayoría de los indicadores del estado económico de nuestro país, incluyendo el balance social”, señaló en conferencia Francisco Cervantes, Presidente de la CONCAMIN.

En conjunto con el Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico (IDIC), el organismo ha construido una agenda para impulsar al sector y elevar la competitividad económica. En el documento, denominado Hacia una Industria del Futuro, se propone una nueva estrategia de gran calado, que vaya de la mano con el progreso tecnológico.

De acuerdo con José Luis de la Cruz, Director de IDIC y Presidente de la Comisión de Estudios Económicos de la CONCAMIN, en América Latina, México es nación líder en la industria 4.0 y en generación de patentes es la economía número 12.

“(No obstante), para crecer más, se necesita un esfuerzo mayor. En ese sentido, los parámetros que tiene México que cubrir son los del Pacífico asiático, es decir, crecer hacia niveles de lo que maneja Corea del Sur, Japón, China. Y en Europa, a los estándares de Francia y Alemania”, explicó en entrevista para TyT.

Los primeros pasos deberán ser la inversión y vincular el sistema educativo con las empresas y sector público.

“La industria 4.0 es un modelo de negocio que utiliza las nuevas tecnologías para resolver problemas concretos y ahí es donde México tiene que actuar”, advierte.

El especialista señala que la cuarta revolución industrial y el progreso tecnológico en microelectrónica, robótica, inteligencia artificial y biotecnología impone que el desarrollo industrial tenga este elemento como su columna vertebral para mantenerse vigente en el presente y hacia futuro.

La propuesta de los industriales -que califican como una política industrial globalmente productiva, competitiva y de inclusión social- propone además llevar al país hacia una economía del conocimiento y generar grandes cadenas de valor mexicanas.

“Marchar aceleradamente para pasar de la maquila, que hoy representa cerca del 50% de las exportaciones, hacia una mayor manufactura y mentefactura. Esto solo se puede alcanzar fortaleciendo los encadenamientos productivos, que implica mayor contenido nacional de lo que se produce en el país y lo que se exporta”, explica De la Cruz.

El documento indica que esta transformación encuentra su origen en cuatro motivos esenciales:

  1. -El proceso de renovación del TLCAN, que obliga a pensar las etapas que México debe transitar para superar el reto.
  2. -La fuerte competencia con el Pacífico asiático, donde se encuentran los procesos de innovación tecnológica que irrumpen en el mundo y que cuenta con la manufactura que forma parte esencial del comercio internacional, por lo que México debe prepararse para competir y colaborar con ese polo de desarrollo.
  3. -Las diferencias entre regiones del país. Hay zonas altamente competitivas y desarrolladas que albergan a la industria automotriz y aeronáutica; sin embargo, hay entidades con un rezago importante, donde la industria tiene la capacidad de contrarrestar tales rezagos, sobre todo en el sur-sureste.
  4. -La cuarta revolución industrial y el progreso tecnológico.

Los industriales apuntan que lo que se requiere para implementar su estrategia son metas precisas de crecimiento económico -como es la meta de inflación-, e inversión pública de al menos 5% del PIB.

“Para crecer, se requiere invertir. Hoy la inversión pública ronda entre apenas 2 y 2.5% del PIB. Se debe llegar en una primera etapa a por lo menos 5% de inversión pública como proporción del PIB y en una segunda etapa a entre 8 y 9%. Ya lo habíamos alcanzado en algún momento de la historia”, dijo el Director de IDIC.

En inversión total, plantean que, en conjunto, se pase del 21% como proporción del PIB a por lo menos 30 por ciento, parámetro de países exitosos.

“Esto permite alcanzar crecimientos de 5% de manera sostenida los siguientes 20 años para duplicar el PIB per cápita y alcanzar elementos de mayor bienestar social”, subraya De la Cruz.

Esta propuesta será presentada a los equipos económicos de los candidatos a la Presidencia. José Antonio Meade ya lo recibió en días pasados. Pasada la elección y una vez definido el ganador de la contienda, la CONCAMIN instalará mesas de trabajo con el equipo de transición con el objetivo de generar sinergias en temas cruciales de la economía e industria. A partir de diciembre y hasta mayo de 2019, el organismo prevé participar en el Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024.

 

José-Luis-De-La-Cruz

 

“Este proyecto es una visión industrial moderna, en donde la innovación tecnológica es parte y se genere bienestar social a través del empleo”, José Luis De la Cruz.