Con la finalidad de asegurar la colaboración entre la Secretaría de Energía y la Asociación Mexicana de la Industria Automotriz (AMIA), Pedro Joaquín Coldwell, Secretario de Energía, se reunió con el Consejo Directivo de dicha Asociación.

Eduardo Solís, Presidente Ejecutivo de la AMIA, agradeció a Coldwell su interés y acercamiento con la industria, así como su participación como testigo de honor en la firma de Convenio de Colaboración entre la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la AMIA, instrumento mediante el cual, ambas instituciones tienen como objetivo promover la instalación de la infraestructura necesaria para la recarga de vehículos eléctricos; así como fomentar el  uso de vehículos híbridos y eléctricos para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero.

Solís informó que para incorporar  las tecnologías más avanzadas en materia de emisión de contaminantes y de eficiencia energética en todos los vehículos que se ofrecen en el mercado nacional, es necesario que se cuente a la brevedad con combustibles de ultra bajo azufre en todo el territorio nacional, compromiso adquirido hace cinco años y que a la fecha no se ha podido cumplir.

Por su parte, Joaquín Coldwell reconoció la importancia de la industria automotriz para la economía del país y reiteró su compromiso de apoyarla en los temas de su competencia, a fin de que ésta no solo mantenga, sino que incremente su relevancia tanto en el ámbito nacional como internacional.

Añadió que la reforma energética favorecerá a la industria automotriz una vez que se lleve a cabo la apertura del mercado de venta de combustible público.

La apertura gradual inició en este 2015 con la modificación del esquema anterior de precio único al actual de precio máximo, es decir que ahora está en manos del franquiciatario decidir el precio del combustible siempre y cuando, éste no rebase el monto máximo previamente establecido. Para 2017, año clave de la reforma energética, se ordena eliminar la obligatoriedad de las franquicias de Pemex por lo que ésta no podrá condicionar la exclusividad del suministro de combustible a las empresas, con lo que se favorecerá el acceso a marcas diversas, incluso propias.

Dicho de otro modo, se abrirán las puertas a las empresas que cumplan con los requisitos para importar gasolinas. Finalmente en 2018, se espera la aplicación del total de las disposiciones de la reforma y con ella la libertad de establecimiento de marcas, precios y mercado de libre competencia en el abastecimiento de combustible.