Cifras de SensiGuard revelan que tan solo en el periodo de julio a septiembre de este año se reportaron 3,775 robos al transporte de carga, y un acumulado de 11,343 durante los primeros nueve meses del año, lo que representa un aumento superior al 20% comparado con el mismo periodo de 2017.

Invariablemente, entidades como Veracruz, Puebla, y Estado de México se alternan el nada honroso primer lugar en delitos de esta naturaleza, pero Guanajuato, Tamaulipas o Michoacán no se quedan atrás: al final, se trata de un problema nacional y que va más allá del sector autotransporte.

Por si fuera poco, un reporte del Centro de Inteligencia de Supply Chain de SensiGuard considera que en todo el mundo, hay tres países con riesgo severo en la cadena de suministro, por cuestiones de corrupción y crimen organizado: Brasil, Sudáfrica y México.

El cambio de tipificación a delito federal, al parecer, no ha sido suficiente, pues a pesar de que suponía un nuevo paradigma, éste se quedó en el papel, ya que la ecuación está incompleta con la delgada impartición de justicia. Pero, ¿qué dicen los principales actores de este problema, los líderes que desde su trinchera padecen las consecuencias, los representantes de otros que siguen buscando la mejor forma de hacerle frente a este fenómeno?

Platicamos con cuatro transportistas cuyas zonas de influencia se han visto cada vez más golpeadas por la delincuencia. Esto fue lo que nos dijeron.

 

Policía Federal, rebasada

 

Fernando Arreola, Secretario de Seguridad en el Autotransporte de la CANACAR, señaló que una de las principales causas del desenfrenado crecimiento en el robo carretero es por la falta de recursos humanos y económicos.

“No hay suficientes policías federales, los que hay no están bien capacitados, remunerados ni equipados. Cuando tienen que enfrentarse los criminales, éstos los superan en número y en armamento. Así está difícil hacerles frete”.

Si a esto se le agrega el tema de la corrupción, punto también a favor de los delincuentes, ya que tampoco es un secreto que haya autoridades coludidas con el crimen organizado.

Pero el panorama no es del todo negro. José Antonio Rivas Barba, Vicepresidente Regional de Occidente en la CANACAR, explica que hace un par de años empezaron a realizar una mesa de trabajo con los tres niveles de Gobierno, para revisar días, horarios y puntos para atacar este delito.

“También tenemos comunicación directa con las autoridades para reportar los robos en tiempo real, a fin de que se implementen los operativos necesarios y que nos han dado excelentes resultados”.

Sin embargo, hacia el sureste, el Vicepresidente Regional Juan José Ortiz explica que el gran reto de las autoridades está en la coordinación, pues ya sea federal, estatal o municipal, en muchas ocasiones “se echan la bolita” y no se comprometen a hacer su trabajo.

“Celebramos reuniones todo el tiempo con las tres instancias de Gobierno, pero no hemos visto que las acciones que realizan se haya podido disminuir el robo al transporte. Al contrario”.

En esto coincide Ramón Medrano, Vicepresidente Regional del Bajío, quien señala que el segundo semestre del año ha sido particularmente negativo para el transporte, pues los incidentes se han disparado en tramos como Salamanca–Apaseo, y en general en Guanajuato se ha visto un crecimiento considerable de robo de hidrocarburos.

 

¿Qué sí se puede hacer?

 

Los empresarios coinciden que sería estéril una discusión en torno a lo que ha da dejado de hacer la autoridad, ya que si bien es su trabajo y responsabilidad, los transportistas no se pueden quedar cruzados de brazos, pues hay acciones muy particulares que han ayudado a consolidar casos de éxito tanto en la inhibición como en la atención del delito.

En Jalisco, por ejemplo, una unidad cargada con llantas fue recuperada gracias al reporte oportuno del afiliado la Policía Federal, que actuó oportunamente.

En esto coincide Arreola Trimmer, también presidente de la Asociación de Transportistas de Carga de la Zona Centro de Veracruz (ATCCEVAC), pues asevera que la información y la rapidez pueden ser la diferencia en un robo.

“Para esto hay que invertir en sistemas de telemetría y equipos de monitoreo las 24 horas, de tal manera que cuando se registre cualquier anomalía, hay que dar parte a las autoridades de forma inmediata, ya que al hacerlo en tiempo real, hay mayor oportunidad de frustrar el robo y/o recuperar el vehículo”.

Medrano Ibarra, por otro lado, explica que las áreas de oportunidad son muy grandes, pues a partir de toda la información disponible se puede hacer mucha labor de inteligencia no solo en la prevención, sino en el origen, es decir, en buscar la forma de cortar la cadena de distribución de los delincuentes.

Asimismo, Juan José Ortiz agrega que también han tenido que ejecutar otras medidas preventivas, como viajar en convoy, no circular de noche o recorrer ciertos tramos custodiados por la Policía Federal. Todo esto requiere planear las rutas y los horarios, pero al mismo tiempo merma la productividad de las empresas, pues sus unidades no pueden estar circulando todo el tiempo posible.

 

 Los temas pendientes

 

Si bien el tema de la Guardia Nacional tomará meses en hacerse tangible, los cuatro empresarios son optimistas al imaginar un organismo que coordine todos los esfuerzos en torno a la seguridad de las carreteras.

De forma particular y tras la primera reunión con Alfonso Durazo, titular de Seguridad Pública, los transportistas se han mostrado entusiastas con la sensibilidad y conocimiento que el nuevo Gobierno ha mostrado sobre el tema, eso sí, en espera de ver cómo operará la oficina responsable de la seguridad en las carreteras, anunciada por el funcionario.

Para empezar, Rivas Barba considera que uno de los principales retos a los que se enfrentará esta administración está directamente relacionado con la capacitación y adopción de nuevas tecnologías, pues a decir de Rivas Barba, en muchas ocasiones, los delincuentes están mejor equipados y entrenados que las propias autoridades.

Juan José Ortiz acota: “el problema de la inseguridad ha rebasado a todos los niveles de Gobierno, y si la Guardia Nacional lo enfrentará de forma diferente, lo celebramos. Sabemos que no traen una varita mágica, pero esperamos que haya una coordinación eficiente y resultados fehacientes de que se está solucionando el problema”.

Mientras, Ramón Medrano insiste en que la tipificación del robo al transporte como delito federal no ha sido suficiente y que el siguiente paso es que sea considerado como delito grave, a fin de que a los delincuentes les resulte más difícil salir de prisión, tengan penas mayores y, lo más importante, se lo piensen bien antes de cometer un atraco.

Y Arreola arremete, pues también considera que la impartición de justicia es donde más y mejor trabajo se puede hacer, de tal manera que mientras haya más rigor, mejor será el sistema para castigar a los delincuentes.

Finalmente, los entrevistados comparten el optimismo de un nuevo sexenio, pero son cautos al saber que los cambios se darán en la medida en que se coordinen las voluntades políticas, económicas y sociales en pro de la seguridad del país.