En tres meses entrarían en vigor las restricciones y prohibiciones al transporte pesado en el Área Metropolitana de Jalisco. No más camiones de doble remolque y sin paso a las demás configuraciones en horarios de 6:00 a 9:00 y 18:00 a 20:00 horas, de acuerdo con lo anunciado por el gobernador Enrique Alfaro.

A respecto, José Antonio Rivas Barba, Delegado de la CANACAR en Jalisco, señaló que si bien los transportistas están de acuerdo en un reordenamiento urbano, las modificaciones del Gobierno no son viables ni para el transportista ni para el generador de carga, ya que faltan condiciones de infraestructura, seguridad y logística para solventar el alto volumen de traslado de mercancías en la región.

“Hoy muchas de las industrias que ya quedaron dentro de la ciudad –llámese cerveceras, refresqueras, lecheras o cementeras– demandan doble remolque, de tal manera que tan solo imaginar la posibilidad de que por cada full, entren o salgan dos sencillos, estaríamos hablando de duplicar el parque vehicular. Sin duda no es viable para nadie”, dijo.

En entrevista para TyT, el también vicepresidente de la CANACAR en la Región Occidente detalló que no se trata de cerrarse al diálogo o a la negociación, ya que la CANACAR participó en dos reuniones previas al anuncio del gobernador, sin embargo, dijo, la nueva estrategia no contempla los argumentos y necesidades expuestos por el organismo.

Incluso, señaló que para algunas operaciones particulares del transporte se podrían asumir algunas restricciones de horario –como se hace actualmente en la Ciudad de México–, pero que tampoco es un tema homogéneo, ya que en el caso de quienes abastecen leche en toda la región Occidente, operar toda la mañana es fundamental, mientras que para ciertos fletes de exportación, la restricción vespertina partiría su operación.

“Por supuesto que queremos negociar y seguiremos dialogando, pues antes de ser transportistas, somos ciudadanos y entendemos perfectamente que la mancha urbana exige cambios importantes, sin embargo hay que considerar que no hay infraestructura para tomar alternativas, el Macrolibramiento sigue siendo costoso e inseguro y un punto importante es que en el caso de quienes lleguen a la ciudad previo a estos horarios (de restricción) tampoco tendrán dónde aparcar sus unidades”, dijo.

Un punto importante, sugirió, habría sido empezar por uno de los siete accesos carreteros a la urbe, a fin de medir y valorar y aprender de su comportamiento; de esta manera se habría podido mejorar en un segundo y así sucesivamente, avanzar mientras se construyen las alternativas que hoy no existen. Y, naturalmente, los 90 días anunciados por el Gobierno no son tiempo suficiente para reconfigurar todas las operaciones de la zona.

Por último, Rivas Barba señaló que la CANACAR seguirá estando en la mejor disposición del diálogo y la negociación, sin embargo y teniendo el antecedente más claro de Monterrey, no descartan la posibilidad de acudir a las vías legales, a través de amparos, para solventar tanto su operación como la alta demanda de transporte que hay en la región.