Desde muy pequeño, Julio disfrutaba pasar horas entretenido con camioncitos, moviéndolos de un lado a otro para entregar mercancías e incluso, comentó, le gustaba rotularlos para ir conformando su flota, deseo que años más tarde lograría convertir en realidad.

La pasión por el autotransporte, señaló, le fue heredada por su padre, quien desde los 13 años aprendió a manejar un camión torton. “En las vacaciones o fines de semana me iba con él al trabajo. Recuerdo que terminaba lleno de grasa porque me encantaba meterme debajo de los camiones y los remolques. Fue así como me enamoré del negocio”, compartió.

Estudió Comercio Internacional en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (ITESO), y desde entonces a la fecha, ha seguido preparándose a través de diferentes cursos y diplomados. No obstante, reconoció que las enseñanzas de su padre, de la gente que lo rodea y la experiencia que ha adquirido desde que inicio su vida laboral a los 21 años, ha sido lo que más ha enriquecido su trayectoria profesional.

A la defensa de un legado

El joven se siente muy orgulloso de ser parte de Transportes de Carga Travel, empresa en la que la gente disfruta trabajar, lo cual es posible gracias a la estabilidad, buen trato y oportunidad de desarrollo que recibe. Comentó que su plantilla laboral, tanto operativa como administrativa, cuenta con personal hasta con dos décadas de antigüedad, lo que le brinda la certeza de estar haciendo bien las cosas.

“Mi objetivo es que el día que se retiren o dejen de participar con nosotros, se vayan mejor de lo que llegaron en términos económicos, de capacidades laborales, y que puedan aportar valores a su nueva actividad profesional”, señaló.

Entre las decisiones más importantes que Julio Mora ha tomado en su vida, destacó la de continuar con sus estudios a pesar de haber contraído matrimonio a los 21 años. Si bien se vio tentado a dedicarse de lleno a la vida laboral para cumplir con sus nuevas obligaciones, su esposa y sus padres lo apoyaron para continuar con su preparación académica, lo que lo obligó a combinar el trabajo con jornadas escolares que empezaban desde las 7:00 a. m. y que en ocasiones terminaban hasta las 10:00 p. m.

Ganar un lugar en esta industria, dijo, ha sido posible teniendo como bandera la honestidad y compromiso con su labor, el respeto por las personas con las que interactúa, la capacidad para darle  la vuelta a las situaciones difíciles y el liderazgo para promover el crecimiento de su personal.

Obstáculos en el camino

Con pleno conocimiento del sector, Mora destacó los que, en su opinión, son los tres grandes desafíos que enfrenta el autotransporte nacional. El primero es la inseguridad que golpea en las carreteras y ciudades. “Es tal la magnitud del problema, que hace seis años teníamos pólizas por unidad de 60,000 pesos en promedio. Mientras que hoy, rondan los 150,000, esto aunado a los incrementos en los deducibles y a la incapacidad de las autoridades para agilizar la recuperación de los vehículos.

Otro de los obstáculos es el alza en el precio de los combustibles en los últimos 10 años, situación que se agrava, precisó, por la falta de decisión para trasladar los costos al cliente. Finalmente, el tercer problema que identifica es la escasez de operadores capacitados que acusa el sector.

Partiendo de estas problemáticas, el joven hace un llamado a las autoridades. “Les pediría sensibilizarse sobre el daño que le hacen al empresario en México al no tener mecanismos eficaces de defensa en todos los sentidos. Requerimos su empatía para entender que nuestro patrimonio está en riesgo, que nosotros somos los que movemos a este país y que de nosotros dependen muchas familias”.

De cara a los próximos 10 años, su meta es seguir trabajando a favor de la industria y generar el triple de empleos de los que actualmente ofrecen, siempre buscando que sean puestos bien remunerados.