En enero de 2018, una pipa de doble remolque que transportaba diesel se estrelló e incendió cuando transitaba sobre el puente El Carrizo, considerado el segundo más importante de la Súper Carretera Mazatlán-Durango, vía con solo seis años de operación y calificada como la obra pública más grande de las carreteras en México. 

Este accidente provocó el derrame de al menos 30,000 litros de combustible y un fuego de más de cinco horas con una intensidad de 1,000 grados centígrados, de acuerdo con reportes oficiales.

Ingenieros especialistas en diseño y construcción de puentes de la dependencia determinaron que los daños fueron en losa, carpeta asfáltica, junta de calzada, tirantes, vigas, superficie de cajones principales, en interiores de dovelas y zonas de pila del puente, lo que derivó en el cierre a la circulación durante ocho meses para realizar los trabajos de reparación. 

La Súper Carretera Mazatlán-Durango, con 230 kilómetros de longitud, atraviesa la Sierra Madre Occidental y permite reducir el trayecto entre ambas entidades de seis a tres horas, lo que la convierte en una importante vía para el turismo y el transporte de mercancías. 

Tras el siniestro, Caminos y Puentes Federales (CAPUFE) encargó a la empresa Servicios Mexicanos de Ingeniería Civil (SEMIC) la instalación de controles de pesaje dinámico. Ésta desarrolló una solución personalizada de hardware y software, que integró a dos puntos de control con la tecnología weigh in motion(WIM), la cual permite detectar en tiempo real y de manera automatizada a los vehículos con exceso de carga.

Los sistemas fueron provistos por la compañía alemana Kistler, líder tecnológico y de mercado para aplicaciones WIM, con una trayectoria de más de 20 años y clientes en todo el mundo.

Se trata de cuatro sensores de cristal de cuarzo diseñados para medir vehículos moviéndose a diferentes velocidades, y en un número ilimitado de carriles. Además, cámaras integradas, con las cuales se conoce de forma fiable las cargas por eje y el peso bruto de los vehículos en condiciones de tráfico rodante. 

De acuerdo con el fabricante alemán, los sensores se basan en el principio piezoeléctrico, que los hace extraordinariamente precisos, libres de mantenimiento y estables a largo plazo. 

Ambas estaciones de medición se instalaron cerca de casetas de cobro, una de ellas en Coscomate y, la otra, en Mesillas. 

“Además de las consideraciones logísticas, la condición de la carretera juega un papel importante en la determinación de la posición óptima de los sensores. Kistler ayudó a SEMIC a colocarlos para garantizar la máxima precisión de medición”, explicó Jeffrey Rice, Director de Ventas de Kistler.

La marca alemana detalló a TyT que, para la instalación del sensor, se corta una tira en una ranura previamente definida en carreteras. Después, se calibran insitu. Una vez finalizados estos pasos, los sensores miden las cargas de los vehículos a velocidades bajas y altas. 

Los datos de control de peso pueden procesarse instantáneamente y obtenerse en tiempo real. 

SEMIC también llevó a cabo extensas investigaciones preliminares para garantizar el rendimiento del equipo WIM. Los parámetros medidos incluyeron variación de las velocidades de tráfico, superficies y las condiciones del pavimento estructural para garantizar el ciclo de vida de la inversión.

Detección fiable 

Las soluciones WIM de Kistler ofrecen ventajas como precisión para identificar el peso bruto del vehículo tanto a baja como a alta velocidad (10 a 250 km/h), diseño robusto del sensor para una alta durabilidad durante décadas sin mantenimiento, así como facilidad de integración de hardware y software y en sistemas de cobro de peajes ya existentes, sean manuales o automatizados.

Mientras que los beneficios están en la reducción del número de accidentes por exceso de peso, cuidado de la infraestructura carretera, y control y detección de los vehículos con sobrecarga de manera más eficiente.

La instalación del sistema de pesaje dinámico en la Súper Carretera Mazatlán-Durango se llevó a cabo el año pasado. De acuerdo con Kistler, solo entre agosto y septiembre de 2018, el sistema identificó que 135 vehículos excedían el peso máximo. Está previsto que próximamente haya un punto de control similar en Cadereyta, Querétaro.

La tecnología de Kistler se utiliza en todo el mundo para la recopilación de datos de tráfico, control de sobrecarga de vehículos, peaje basado en el peso, protección de puentes y el pesaje de camiones industriales.

Estos sistemas WIM apoyan a operadores de autopistas y a autoridades. Más de 50,000 sensores de cristal de cuarzo han sido colocados en distintos países. 

La instalación

Los sensores se pueden integrar en varios tipos de pavimentación de carreteras, ya sea en ranuras cortadas con sierra o fresadas en carreteras de hormigón o asfalto. El estado de la vía es imprescindible para su posicionamiento. 

“Hay que identificar la posición idónea para asegurar la máxima precisión. Kistler se encarga de esto para optimizar la funcionalidad y vida útil de los equipos. El posicionamiento es un factor clave porque, junto con el estado físico de la carretera, determina los datos de rendimiento posteriores del sistema”, indicó la compañía.

La instalación de la tecnología WIM es rápida y sencilla; solo tarda un par de horas cortar un trozo en el asfalto e instalar los sensores, advierte el fabricante. Para una colocación eficiente, añade, es indispensable contar con un equipo de trabajo bien organizado y certificado. Para nuevos clientes, Kistler ofrece formación y servicios de montaje para garantizar la operación.

“La integración de los sensores se realiza normalmente en un turno. La electrónica de carretera viene precableada y puede instalarse con el mínimo esfuerzo”, afirma.

La inversión depende de los objetivos y del tamaño de la ubicación donde se coloca la tecnología WIM. Pequeños puntos para recoger datos con fines estadísticos pueden ser instalados con capital relativamente reducido. Los centros de control con un gran número de carriles, requisitos de alta precisión o cámaras ANPR adicionales para la identificación de vehículos, requieren presupuestos más elevados. Kistler está certificado bajo la norma ISO 9001:2015.