De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la contaminación del aire se encuentra entre las 10 amenazas a la salud mundial en 2019, por lo que los Estados deben tomar medidas urgentes para atender dicha situación.

El organismo internacional señala que esta problemática tiene un impacto doble: en la salud de los seres vivos y en el cambio climático mediante las emisiones de carbono. 

Sus cifras más recientes advierten que el 90% de los habitantes del planeta respira aire sucio debido a las emisiones de vehículos, la industria, la agricultura y la incineración de residuos. Además, alrededor de siete millones de personas mueren al año por la exposición de partículas contaminantes.

La polución en el aire es un factor crítico en las enfermedades no transmisibles en el mundo, al causar un 24% de las muertes de adultos por dolencias cardiacas, un 25% de las provocadas por derrames cerebrales, un 43% de las ocasionadas por obstrucciones crónicas pulmonares y un 29% de las que tienen su origen en el cáncer de pulmón, reporta la ONU. Los casos pueden atribuirse a más de un factor de riesgo al mismo tiempo.

El panorama

La Organización Mundial de la Salud (OMS) indica que, durante los últimos años, los niveles de contaminación ambiental a nivel global han permanecido altos y que muchas de las grandes urbes quintuplican los límites marcados por este organismo internacional sobre calidad del aire.

Las zonas más contaminadas se encuentran en el mediterráneo oriental y el sudeste asiático, seguidas por ciudades de ingresos medios y bajos en África y el Pacífico occidental, las cuales, además, enfrentan una grave escasez de datos sobre polución.

El organismo manifiesta que Europa tiene el mayor registro de información y da cuenta que en sus ciudades de altos ingresos se ha podido observar que la contaminación del aire puede reducir la esperanza de vida entre dos y 24 meses, según los niveles de ésta.

En general, explica la OMS, los registros de mala calidad del aire son menores en los países de altos ingresos, especialmente en Europa y Norteamérica.

Para el caso mexicano, de acuerdo con el ranking de aires más contaminados del mundo que Worldwide Air Quality presentó este año, México ocupa el tercer lugar con una clasificación peligrosa con 868 puntos, solo detrás de India (1) y China (2).

Por su lado, el reporte IQAir AirVisual 2018, un mapa global que proporciona una visión general por país del promedio anual de PM2.5 (partículas suspendidas menores a 2.5 micrómetros), ubica a México en el lugar 33 de un total de 73 naciones, por su concentración media estimada en 20.3 μg/m3. El rango más alto lo ocupa Bangladesh, con 97.1, y el más bajo Islandia, con 5.0.

Por capital, la Ciudad de México se mantiene en la posición 33 de un total de 62 y un promedio anual de 19.7 μg/m3, debajo del primer lugar Delhi, en India, con 113.5, y por encima del último sitio que fue Wellington, en Nueva Zelanda, con 6.0.

Los principales contaminantes atmosféricos que derivan en importantes riesgos sanitarios son partículas (PM), ozono (O3), dióxido de nitrógeno (NO2) y dióxido de azufre (SO2). Desde 2005, la OMS mantiene vigentes los límites máximos para cada uno de estos. 

*Material particulado

Son un indicador representativo común de la contaminación del aire. Afectan a más personas que cualquier otro contaminante. Son una compleja mezcla y se componen por sulfatos, nitratos, amoníaco, cloruro de sodio, hollín, polvos minerales y agua.  

Si bien las partículas con un diámetro de 10 micrómetros o menos (≤ PM10) pueden penetrar y alojarse profundamente dentro de los pulmones, existen otras con un diámetro de 2.5 micrones o menos (≤ PM2.5), aún más dañinas para la salud.

Éstas pueden atravesar la barrera pulmonar y entrar en el sistema sanguíneo. La exposición crónica a partículas contribuye al riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y respiratorias, así como cáncer de pulmón.

La contaminación con partículas conlleva efectos sanitarios incluso en muy bajas concentraciones. Según la OMS, el límite máximo anual de PM2.5 es de 10 μg/m3 media anual y 25 μg/m3 de media en 24 horas, mientras que para partículas gruesas (PM10) es de 20 μg/m3 de media anual y 50 μg/m3 de media en 24h.

Contaminación-CDMX
De acuerdo con World Air Quality Report 2018, al menos 13 ciudades o municipios en México exceden el límite de PM2.5, recomendado por la OMS que es de 0 a 10 μg/m³. Estos son Mexicali, Toluca, Ecatepec, Tlalnepantla, Nezahualcóyotl, León, Abasolo, Celaya, Irapuato, Ciudad de México, Monterrey y Pachuca.

*Ozono

A nivel del suelo es uno de los principales componentes de la niebla tóxica. Éste se forma por la reacción con la luz solar de contaminantes como los óxidos de nitrógeno (NOx) procedentes de las emisiones de vehículos o la industria y los compuestos orgánicos volátiles (COV) emitidos por los automotores, disolventes y operaciones en fábricas.

Los niveles de ozono más elevados se registran durante periodos de tiempo soleado. Su exceso en el aire puede producir problemas respiratorios, provocar asma, reducir la función pulmonar y originar enfermedades pulmonares. La OMS establece un máximo de 100 μg/m3 de media en ocho horas. 

*Dióxido de nitrógeno (NO₂)

Las principales fuentes de emisiones son los procesos de combustión –motores de vehículos y barcos, además de calefacción y generación de electricidad–. Estudios han revelado que los síntomas de bronquitis en niños asmáticos aumentan con la exposición prolongada al NO2 y la disminución del desarrollo de la función pulmonar también se asocia con sus concentraciones.

Los valores fijados por la OMS señalan 40 μg/m3 de media anual y 200 μg/m3 de media en una hora. 

*Dióxido de azufre (SO2)

Es un gas incoloro con un olor penetrante que se genera con la combustión de carbón y petróleo y la fundición de menas que contienen azufre. La principal fuente son los vehículos a motor y generación de electricidad. En combinación con el agua, el SO2 se convierte en ácido sulfúrico, que es el principal componente de la lluvia ácida que causa la deforestación.

Puede afectar al sistema respiratorio y las funciones pulmonares, y causa irritación ocular. 

La concentración de SO2 en periodos promedio de 10 minutos no debería superar los 500 µg/m3, ni la media de 20 μg/m3 en 24 horas, según la OMS.

Cambio de emisiones para vehículos pesados

La OMS afirma que abordar soluciones a la contaminación del aire es fundamental para proteger la salud pública, y considera que la mayoría de las fuentes de contaminación están más allá del control de las personas, por lo que se requieren medidas por parte de las ciudades, así como de instancias normativas nacionales e internacionales en distintos sectores, tales como el transporte.

Como políticas fructíferas para este sector considera la utilización de vehículos pesados de motor a diesel de bajas emisiones así como el uso de combustibles con menor contenido de azufre.

Autoridades, expertos y organizaciones internacionales coinciden en que una acción prioritaria para la reducción de NOx y partículas es la renovación de vehículos con las mejores tecnologías disponibles como Euro 6, EPA 10  y posteriores.

En México, este año, entraron en vigor cambios a la NOM-044 de la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), la cual señala que los vehículos pesados nuevos con motores a diesel deberán cumplir con los estándares Euro 6 y EPA 10, con un periodo de transición de 24 meses –que arrancó en enero pasado y concluirá el 31 de diciembre de 2021– en que podrán comercializarse unidades Euro 5 y EPA 07. 

Desde este mes, está prohibido producir e importar vehículos nuevos automotores EPA 04 y Euro 4. Se trata de un avance tecnológico significativo, pues, después de más de 10 años, los estándares de emisiones serán más estrictos en el país y pondrán a México en los próximos años en línea con los estándares de emisiones de Estados Unidos, la Unión Europea, Corea del Sur y Japón.

En comparación con Euro 4 –hasta ahora el más usado en el mercado mexicano– los vehículos EPA 10 o Euro 6 reducirán sus emisiones de óxido de nitrógeno (NOx) en un 90% o más, y los materiales particulados (PM) disminuirán hasta en 98 por ciento.

El gran reto para el sector será bajar el promedio de antigüedad de la flota vehicular, porque de poco servirán unidades nuevas con estándares de emisiones Euro 5, EPA 07 o superiores si aún siguen circulando camiones con motores EPA 98 o incluso inferiores. El rol del Gobierno en este sentido es fundamental.