Tras el accidente ocurrido a mediados de enero en la Supercarretera Mazatlán-Durango, que aún mantienen cerrada esta vialidad, los transportistas que diariamente circulaban por esa ruta han comenzado a reportar serias perdidas económicas.

Lo anterior, fue señalado por Antonio Félix, delegado de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (CONATRAM), quien añadió que, a raíz del cierre de esta vía, los costos operativos se han incrementado hasta en un 20% debido a que las nuevas rutas les toman entre ocho y 10 horas más, lo que representa un mayor consumo de diesel.

La problemática se agrava, dijo, porque las autoridades señalan que la vialidad no abrirá próximamente. Añadió que el uso de la carretera libre tampoco resulta una opción viable, pues está catalogada como de alto riesgo.

El accidente dejó como saldo aproximadamente 70 metros de concreto, acero de refuerzo y estructural en el puente «El Carrizo», por tal motivo, aún se desconoce la fecha en la que se reanudará la circulación de los vehículos pesados.