Ante los escenarios económicos global y nacional, los productores de vehículos pesados no se confían del mercado norteamericano, debido a que se espera que la demanda estadounidense descienda a 215,000 unidades este año, de las 253,000 requeridas en 2015, e incluso caiga a 195,000 vehículos para 2017, conforme a cifras de Volvo Group Trucks.

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El mercado demandado en México tendría un ligero tropiezo en 2016, al pasar de 22,935 unidades (clase 8 y tractocamiones quinta rueda) a 22,000, aunque incrementaría a 28,000 para el próximo año, según destacan las proyecciones 2015-2020 de la firma sueca.

Por ello, las marcas consultadas coinciden en que el mercado doméstico es una oportunidad para conseguir cifras mejores o al menos similares a las de 2015. También coincidieron en que en este sentido la cuestion de la renovación vehicular es clave.

“El tema de la chatarrización tendrá gran relevancia este año, pero habrá que ver que funcione bien, que sirva a la industria y que ayude a promover la venta de unidades”, destaca Ricardo Reyes Sánchez, Director de Ventas de Mack en México.

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En esta línea, la Asociación Nacional de Productores de Autobuses, Camiones y Tractocamiones (ANPACT), en voz de Miguel Elizalde, ha catalogado al mercado interno como el principal reto del sector, pues si bien el tipo de cambio afectó los resultados en 2015 (porque la mayor parte de las empresas cotiza los vehículos pesados en dólares) se podría haber crecido aún más, por lo que espera que los recientes ajustes al esquema de renovación vehicular ayuden a desahogar un número interesante de unidades en proceso de destrucción.

Para impulsar la renovación, las empresas realizan diversas acciones, como el caso de DINA, que creó sus propios esquemas y en la Ciudad de México ha logrado chatarrizar más de 250 microbuses bajo su programa exclusivo.

Asimismo, en conjunto con la ANPACT y la Secretaría de Medio Ambiente (SEMARNAT), promueve una NAMA (Acción Voluntaria de Mitigación) de gas natural, buscando que sea reconocida por organismos internacionales y se consigan fondeos que faciliten la renovación de unidades EPA 04 y anteriores, por unidades con motores de GN con tecnología EPA 14 o Euro VI, que además de reducir hasta 80 toneladas anuales de contaminantes por autobús, resultan atractivos en la operación para el transportista por el menor costo del combustible.

“Es importante conseguir apoyos para el transportista, a fin de que pueda lograr la renovación de unidades con tecnología obsoleta, y el gas es una excelente opción, ya que nos posiciona en la exigencia de la NOM 044 plantea- da para 2018, anticipándonos a ella”, señala Claudia Gutiérrez Reyes, Directora de Transporte Sustentable de DINA.

A su vez, Volvo Trucks propone ofertas integrales que involucran la postventa y el mantenimiento de las unidades vía contratos a través de su red de distribución, así como esquemas de financiamiento a la medida, otorgados por Volvo Financial Services.

Por su parte, Kenworth Mexicana impulsa la renovación a través de la comunicación y capacitación constante de su fuerza de ventas respecto al decreto de chatarrización, buscando acercarse a los segmentos más favorecidos y a los que el programa tiene como objetivo principal.

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Bajo esta lectura, en el mercado interno las ventas de transporte pesado han mejorado, y para 2016 se prevé que se mantengan por encima de las 30,000 unidades y cercanas a las 40,000, aunque todavía están lejos de su mejor cifra: 51,000 vehículos colocados en 2007. El reto y la oportunidad están ahí.

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