La Organización Mundial de Transporte por Carretera (IRU, por sus siglas en inglés) considera urgente frenar el déficit de conductores, impulsar marcos regulatorios para modos de transporte más eficientes y reducir los embates de la inseguridad que están afectando a la industria en diversas regiones del mundo.

Durante la Asamblea Anual de la IRU, Enrique González Muñoz, presidente nacional de CANACAR, señaló que la falta de conductores profesionales es un problema que padece el sector a nivel mundial. 

Sin embargo, dijo, la forma de afrontarlo sigue siendo muy distinto entre los países de la Unión Europea: algunos lo ven como un problema exclusivo para el pequeño empresario y se están registrando casos donde se impulsa que conductores de empresas pequeñas migren a las grandes corporaciones del transporte.

“Esto está generando preocupación al Consejo de la IRU, ya que se debe pensar en generar un escenario equitativo para todos los empresarios, sin importar el tamaño de las empresas ni el país de su procedencia”, dijo.

Agregó que la experiencia de la Asamblea sirvió para ratificar el compromiso con el gremio nacional para continuar estableciendo centros de capacitación a lo largo y ancho del país bajo estándares internacionales.

Por otro lado, también se realizó un análisis profundo por impulsar medios de transporte de alta capacidad de carga para hacer más eficiente y seguro el traslado de las mercancías. 

González Muñoz dijo que la diferencia es el enfoque, ya que la propuesta nace como una posible solución al déficit de conductores y también para reducir emisiones. Los integrantes de la IRU tienen claro que los vehículos de alta capacidad de carga están hechos para productos y carreteras específicas.

“Lo que nosotros conocemos como el doble remolque, los europeos no lo conciben para transportar tonelajes altos, sino para mover cargas voluminosas y en carreteras con las condiciones adecuadas”, afirmó el directivo.

En cuanto a la inseguridad, el robo de mercancías y camiones que está golpeando a la comunidad europea y norteamericana por igual. En España, dijo, se roban muchos productos de petroquímica secundaria, como etilenos y polietilenos, así como hidrocarburos. 

La diferencia con México es que el Gobierno español alcanzó sinergias con los transportistas y actuaron frente a grupos radicales, dedicados al terrorismo, al ser identificados como los responsables de los robos.

Miembros de la IRU han identificado un crecimiento desmedido en el mercado secundario de autopartes relacionado con el robo de unidades pesadas, atribuido a la cercanía con África y Asia.

“El robo de camiones y la venta de piezas es algo que también se vive en México, y hemos tomado nota de algunos casos de éxito en los que se revirtió el problema”, agregó.

Por último y tras un sostener un diálogo con la American Trucking Association (ATA), se precisó que el robo de mercancías es un fenómeno que también está afectando a los transportistas norteamericanos. 

No obstante, dijo, allá no se roban los camiones, sólo las mercancías. 

“También acordamos tener comunicación para retomar iniciativas que les permitieron reducir el robo de unidades”, concluyó el directivo.