Si bien la liberalización del precio de los combustibles suponía un cambio de paradigma en este sector, la verdad es que su impacto en el bolsillo de los mexicanos ha sido cada vez más costoso, pues no solo no ha bajado su precio, sino al contrario.

Y más allá de los beneficios o no que ha traído la reforma energética, buena parte de la rentabilidad en las operaciones del autotransporte nacional radica en el consumo del diesel, que representa el principal costo.

Para este año, el panorama pareciera no cambiar en este renglón. José Luis de la Cruz, director general del Instituto para el Desarrollo Industrial y Crecimiento Económico, considera que hay tres factores que podrían determinar esta situación en 2019.

 

  1. Un país importador

 

México es un país que seguirá siendo importador de combustibles, de tal manera que la depreciación del tipo de cambio seguirá incidiendo de forma directa en el aumento del precio por litro.

 

  1. ¿Libre mercado?

 

Si el precio de los combustibles será influenciado o determinado por el  mercado internacional, éste también tiene una tendencia al alza, de tal manera que no habría una razón para que disminuyera.

 

  1. Política fiscal sin subsidios

 

“Si el Gobierno decide mantener la política fiscal, con eliminación de subsidios y sujeto a las condiciones de oferta y demanda –donde México se ha convertido en un importador neto de combustibles– hacia el exterior, en 2019 eso no va a cambiar”.