Hace unos días, Revista TyT recibió una denuncia por parte de un permisionario de autotransporte federal: su camión se descompuso y fue auxiliado por una grúa que lo arrastró cerca de 10 kilómetros hasta el parador San Pedro, pasando la caseta de Palmillas.

Antes de desenganchar el vehículo, su dueño debía pagar el servicio de arrastre: 8,000 pesos. A pesar de que el operador presentó el documento de la SCT que establece las tarifas vigentes, el gruyero no habría de liberar el vehículo hasta obtener una negociación ventajosa.

Dicho documento establece que una grúa tipo D tiene un banderazo de 600.08 pesos más 1,423.67 pesos por hora de servicio. A partir de aquí, las tarifas varían, pero estos son los precios máximos.

Este escenario, es bien sabido, sucede todos los días en cualquier carretera del país. A decir de Elías Dip, presidente de la Confederación Nacional de Transportistas Mexicanos (CONATRAM), el segmento de grúa, “históricamente ha sido un sector abusivo y nulamente regulado, ya que cobran lo que quieren y nadie les dice nada”.

Por esto, dijo, urge que la SCT publique el Reglamento de Grúas que establezca perfectamente bien las tarifas y no solo eso, sino que determine sanciones para quienes abusen como el caso arriba mencionado.

Y aunque el Gobierno federal en turno ya se va, dijo, todavía tienen trabajo que hacer. De cualquier forma, también hizo un llamado al Gobierno de transición para que retomen este asunto que tanto daño le hace al autotransporte nacional.

Finalmente, agregó que si bien la CONATRAM seguirá velando por los intereses de los empresarios mexicanos, es tarea de las autoridades no solamente publicar las normas y reglamentos, sino vigilar su cumplimiento cabal, ya que el hecho de que los gruyeros abusen en sus tarifas suele estar relacionado con el solapamiento de las autoridades.