Durante años se ha dicho que México está llamado a ser la plataforma logística de América, toda vez que representa el paso natural entre Norteamérica y el centro y sur del continente. Sin embargo aún falta mucho por hacer.

Para consolidar este concepto, es decir, para hacerlo realidad, José Luis De la Cruz, Presidente de la Comisión de Estudios Económicos de la CONCAMIN, considera que primero hay que resolver los enormes rezagos industriales del país.

Particularmente para el sector autotransporte, la pregunta es ¿cómo tener un sistema de transporte más eficiente?

Hoy, explica, de los más de 400,000 kilómetros de carretera, el 40% es de rodamiento permanente, es decir, hay un área de oportunidad enorme para que la infraestructura existente pueda ser mejor utilizada. “Imaginemos que el porcentaje sea elevado al 50 ó 60 por ciento, el avance sería muy significativo”.

Y, otra vez, apuntalar las comunicaciones con el sur y el sureste, ya que estados como Chiapas, Oaxaca o Guerrero, son entidades muy poblados, pero con un altísimo porcentaje de pobreza. “No olvidemos que el transporte depende directamente de los caminos y mientras haya más accesos y vías a zonas marginadas, habrá mayor oportunidad de crecimiento y desarrollo”.

Por otro lado, si a las carreteras de dos carriles se les agregara otros dos, los alcances en materia de transporte serían realmente significativos. Eso sí, aclara el especialista, se requiere una estrategia integral, en la que se contemple un desarrollo portuario, para estimular y acrecentar el intercambio de mercancías hacia Europa y Asia.

De tal manera que al modernizar las diferentes modalidades de transporte, se puede fomentar las importaciones y exportaciones, pero al mismo tiempo, una vez más, fortalecer el mercado interno, ya que un mercado de 120 millones de personas no es poca cosa.

Y para garantizar este proyecto, la seguridad sigue siendo el pilar que más trabajo requiere, pues no importan si es en tren, barco o camión, los atracos al transporte siguen a la alza y de nada o de muy poco servirán las inversiones públicas, privadas y los esfuerzos de los transportistas que busquen elevar los niveles de servicio del sector.