El anticongelante es el líquido que se añade al agua en el circuito de refrigeración con objeto de disipar el calor producido por la combustión del motor, así como para ayudar a enfriarlo durante su marcha.

Los motores de combustión trabajan regularmente a temperaturas más altas que la de ebullición del agua, lo cual provoca una alta presión en el sistema de enfriamiento dando lugar a fallas en los empaques y sellos de agua, así como en el radiador.

Para solucionar estos inconvenientes se crearon los anticongelantes, también conocidos como refrigerantes, los cuales contienen compuestos químicos que hacen que el producto alcance temperaturas de congelación muy por debajo de las del agua y puntos de ebullición por encima de las temperaturas de trabajo de los motores. Su composición protege contra la corrosión a los metales presentes en el sistema de refrigeración de los automotores. Además, no producen sarro ni sedimentos que se adhieran a las paredes del motor y del radiador.

De qué están hechos264691_2403

En 1980, Jack Evans descubrió las ventajas de usar un refrigerante sin agua. Su fórmula es una mezcla de glicol de etileno y glicol de propileno. Este último alcanza un alto punto de ebullición –188°C– y no es corrosivo, lo que soluciona muchos de los problemas del agua, incluyendo la congelación.

La mayoría de las fórmulas anticongelantes se comercializan concentradas, pero también existen productos mezclados con agua que se venden como “listos para usarse”, y algunos más se ostentan como de larga duración, es decir, están formulados con diversos compuestos inhibidores de la corrosión.

Generalmente son de color verde, amarillo, azul o fluorescente, otros más presentan matices rojizos o rosas, principalmente los orgánicos. Se fabrican con esta tonalidad para indicar que el contenido del depósito no es agua, para identificar el tipo de anticongelante (y así evitar mezclas) y, en caso de fugas, detectarlas.

Por su parte, algunos de los más modernos anticongelantes orgánicos se promocionan como compatibles con todos los demás tipos y también suelen ser verdes o amarillos.

Aplicaciones

A los anticongelantes concentrados se sugiere mezclarlos en un 50% con agua. En ocasiones, su etiqueta indica la cantidad exacta con la que debe diluirse. Es conveniente que el agua sea destilada, ya que la potable puede contener sales y afectar negativamente su desempeño. Algunas marcas sugieren variantes de dilución que buscan producir ciertos grados de congelación y ebullición.

Una utilización típica es añadir el anticongelante a la gasolina y diesel para evitar su solidificación en invierno, así como al agua del circuito de refrigeración del motor para que funcione expuesto a temperaturas extremas.

Se utiliza también para inhibir la corrosión de los sistemas de refrigeración que a menudo contienen una gama de metales electroquímicamente incompatibles (aluminio, hierro fundido, cobre, soldaduras de plomo, etcétera).

A su vez, es recomendable que todo el líquido del circuito de refrigeración sea sustituido en un periodo de dos años (o cada 40,000 kilómetros), porque con el tiempo el producto comienza a perder ciertas cualidades, como las anticorrosivas, aunque no las de anticongelante.

Por otra parte, se debe tomar en cuenta que el refrigerante juega un papel más importante en verano que en invierno, puesto que su función se realiza en el circuito de enfriamiento. No obstante, es indispensable que el fluido permanezca líquido incluso en los ambientes más fríos, por lo que también tiene que bajarse su punto de congelación al máximo posible.

Lo que no debes olvidar…

Únicamente en situaciones de emergencia se debe utilizar agua como refrigerante, y reemplazarse por anticongelante lo antes posible.

 Nunca usar aditivos antifugas.

No utilizar refrigerantes de tipo automotriz, ya que están formulados para una función distinta de las requeridas por los motores a diesel.

 Verificar que el nivel de anticongelante sea el adecuado. Para rellenar hay que usar el mismo producto que contiene el depósito refrigerante. Si no se está seguro, es preferible cambiarlo.

 Adquirir los productos en el mercado establecido, de lo contrario se corre el riesgo de comprar aguas coloreadas que se venden a menor precio como anticongelantes.

 

Características de un buen refrigerante:

  • Bajo punto de congelación. Es importante que el líquido sea fluido a baja temperatura para que pueda circular.
  • Alto punto de ebullición. Si el líquido se aproxima al punto de ebullición se generan burbujas que dificultan la transmisión térmica del motor al refrigerante, lo que facilita el proceso de corrosión.
  • Protección contra la corrosión, especialmente del aluminio y sus aleaciones.
  • Protección contra la cavitación, es decir, la generación de burbujas que dificultan la transmisión de calor favoreciendo la corrosión.
  • Que sea de un color identificable para facilitar la detección de fugas.
  • Emplearlo todo el año, en todas las estaciones y climas.