La evolución de los motores exige el desarrollo de aceites con niveles de desempeño más elevados. Encontrar el más adecuado para el correcto funcionamiento de sus vehículos, requiere conocer algunas especificaciones sobre su calidad, rendimiento y características
Al observar un envase de aceite lubricante para motor, uno se pregunta para qué sirven esas letras y números impresos que usan los fabricantes para diferenciarlos. Aunque es un poco complicado, es preciso entenderlos a fin de seleccionar el aceite correcto para sus camiones.
Esos códigos son resultado de una clasificación elaborada de acuerdo con el nivel de servicio y grado de viscosidad de los aceites y lubricantes, si bien sus propósitos fundamentales son los mismos: proteger al motor y a sus componentes del desgaste, la corrosión, depósitos, lodo, ácidos y todo producto de la combustión que los afecte, así como proporcionar cierto ahorro de combustible y largos periodos de mantenimiento.
Pero, ¿cuántos tipos existen, cuál se debe elegir para motores a diesel EPA 04 y Euro IV, cuánto duran, cuáles son sus principales características, qué significa API y SAE?
Existen aceites minerales y sintéticos. Los primeros son consecuencia de múltiples procesos en refinerías, y una combinación de parafinas, iso-parafinas, naftas, aromáticos y compuestos de azufre y nitrógeno.
Los segundos no se originan directamente del crudo, son creados con sub-productos petrolíferos combinados en procesos de laboratorio. Éstos resultan más caros que los minerales, pero son más efectivos y de mayor calidad y duración incluso en las condiciones más duras de trabajo. El proceso para obtenerlos se llama síntesis, de ahí su nombre.
Los aceites lubricantes contienen, además, aditivos que mejoran su rendimiento o alguna propiedad en concreto: aditivos contra el desgaste, detergentes que «lavan» las partes interiores del motor y dispersantes.
Propiedades
De acuerdo con información de diversos fabricantes de aceites lubricantes, las características técnicas de los productos tienen que ver con su calidad, pero también con el tipo de operación de los vehículos.
Por ejemplo, es importante conocer la viscosidad –la resistencia de un aceite al fluir a cierta temperatura– y la densidad, la relación entre el peso y el volumen de un líquido a 
determinados grados centígrados.
El índice de viscosidad se define con valores del cero al 100. En la medida en que este valor sea más alto, más estable es el lubricante y menos varía su viscosidad.
Se busca que el punto de congelación sea lo más bajo posible para facilitar su fluidez, incluso en temperaturas muy bajas. Ello obedece a que cuando un lubricante se enfría, alguno de sus componentes empieza a cristalizarse y eso evita que fluya con facilidad.
Por otro lado, es preciso que los lubricantes tengan un punto de inflamación muy elevado, ya que la temperatura a la cual comienzan a desprender vapores inflamables, está directamente ligada a la cantidad de volátiles del lubricante y por lo tanto a su consumo de evaporación.
Otras características importantes: su acidez, el TBN (Número Base Total), la capacidad del lubricante para permanecer adherido a las paredes del motor y evitar que la suciedad se pegue a las partes metálicas de los componentes de la máquina, la estabilidad térmica y la oxidación, entre otros.
Categorías de Servicio API
La autoridad encargada de certificar la tecnología de estos derivados del petróleo, es el American Petroleum Institute (API, por sus siglas en inglés). Su sello distingue a los lubricantes de alta calidad para motores a diesel y gasolina, reconocidos por los fabricantes estadounidenses e internacionales de vehículos y motores.
La generación más reciente de aceites para motor a Diesel es la API CJ-4, misma que evolucionó a la par de los motores utilizados en Estados Unidos –que incluyen Recirculación de Gases de Escape (EGR), y a los que se le adicionaron catalizadores y filtros de partículas– y al combustible de ultra bajo contenido de azufre (de 15 partes por millón).
Sin embargo, también pueden ser utilizados en motores anteriores al 2007, con lo cual se evita confundir a los consumidores respecto a qué tipo de aceite deben utilizar según la clase de motor. El API divide a los aceites en dos Categorías de Servicio: a los motores a gasolina los clasifica con la letra «S» , los cuales son usados en autos y camiones ligeros impulsados por dicho combustible. Con la letra «C» se clasifica a los aceites para vehículos comerciales a diesel, ya sean camiones pesados, equipo de construcción o vehículos agrícolas.
La segunda letra indica los rangos de años de los motores, según una tabla elaborada también por el API.
SAE y la viscosidad
Si se usa un lubricante con el grado de viscosidad correcta, se mantiene la lubricación adecuada en el motor. Empero, si aplicamos un aceite muy «delgado», no tendrá la protección necesaria y si es muy denso, causará daños prematuros a las máquinas.
Para ello, la Sociedad de Ingenieros Automotrices (SAE por sus siglas en inglés) elaboró un sistema para clasificar los grados de viscosidad de los aceites lubricantes.
Un aceite delgado es un SAE 0W, 5W, 10W, 15W, 20W, lo que significa que trabaja mejor a bajas temperaturas. El número indica los grados centígrados y la letra «W» proviene de la palabra winter, que en inglés significa invierno.
Pero si es un aceite con dos cifras, como SAE 0W-30, SAE 5W-30, etcétera, significa que es multigrado, es decir, que trabaja correctamente en las dos temperaturas.
La escala de la SAE va del cero al 100 para determinar la resistencia al flujo en temperaturas frías. Los que solamente llevan las siglas SAE son de mediciones hechas a 100 grados centígrados sobre cero.
Este sistema para describir la viscosidad permite a los usuarios utilizar el producto correcto a fin de conseguir una lubricación óptima.
La mayoría de los fabricantes de vehículos utilizan lubricantes de baja viscosidad, ya que se cree que ayudan a alcanzar mayores ahorros de combustible y control de emisiones, una transferencia de calor más efectiva, lubricación más rápida y un incremento en potencia.
En todo caso, los propietarios de camiones y vehículos pesados –según sugerencias del API–, deben utilizar el lubricante recomendado por el fabricante de sus unidades, seguir sus instrucciones para cambiar el aceite, seleccionar la viscosidad SAE correcta y consultar a los especialistas en el tema para obtener el mayor provecho de los aceites.
