El comercio electrónico y la entrega de los productos que se adquieren por esa herramienta, a pesar de tener un comportamiento impredecible, tienen temporadas en las que se dispara y eso es un reto para las empresas de comercializadoras y para compañías de mensajería como iMile.

Las temporadas altas para el comercio electrónico son aquellas que se dan en fechas especiales como Navidad; o bien, a propósito de campañas específicas como El Buen Fin, Hot Sale, Black Friday y Hot Fashion, entre otras.

«Hay temporadas bien definidas en las que el consumo se dispara, como Hot Sale o a finales del año cuando empiezan las compras, desde El Buen Fin hasta enero cuando terminan las compras navideñas», comentó Leonardo del Real, Senior Manager de iMile Delivery México.

Estas épocas ejercen una presión significativa en toda la cadena de suministro y servicios de mensajería; inciden en factores como la congestión en carreteras, problemas en aduanas y errores en el inventario, por señalar algunos aspectos.

De no tener un buen manejo, lo anterior puede afectar negativamente el flujo de las operaciones tanto de las empresas de comercio electrónico como de las de mensajería; lo anterior se puede traducir en costosos retrasos, insatisfacción del cliente y pérdida de competitividad en el mercado.

Entrevistado por TyT, Leonardo del Real reconoció que las compras en el comercio electrónico son «muy impredecibles, al final no puedes asegurar el comportamiento de un mercado que sigue creciendo y que empezó a crecer desde hace más de 10 años».

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Herramientas para enfrentar temporadas altas

Del Real explicó que muchas veces las compras terminan por rebasar la capacidad del marketplace y de los canales de venta del comercio electrónico y agregó: «Otra cosa muy importante es la falta de disponibilidad de inventario. Esta tendencia tan errática por llamarla de alguna forma, que se tiene en las compras, hace que los inventarios se agoten muy rápido en unos artículos más que en otros».

En este sentido, el directivo de iMile expuso que ellos, como empresa de mensajería y logística, han aprendido a trabajar con herramientas tecnológicas que ayudan a predecir un poco las tendencias del mercado.

Por ejemplo, utilizan tecnología para saber cómo la ruta de sus operadores puede ser más eficiente y entregar más paquetes sin desplazarse tanto.

«Utilizamos la tecnología para asegurar que podamos contactar a nuestros consumidores finales, a los compradores y sepan que, por ejemplo, su paquete va en camino a su destino, hacer el rastreo todo el tiempo, el estatus de su paquete, incluso cuando ya se va a entregar», afirmó.

El entrevistado agregó: «utilizamos una tecnología de mapas desarrollada por nosotros que nos ayuda a colocar ‘pines’ de volumen de paquetes en diferentes zonas; ese mismo sistema nos dice cuáles son nuestras zonas rojas, por llamarlas de alguna manera, donde hay mayor volumen de paquetes, donde podemos eficientar las entregas».

Además, iMile también cuenta con un sistema que ayuda a saber con qué volumetría pueden cargar los paquetes o productos; asimismo, ayuda a planear la ruta de entrega y el tipo de vehículos que se requieren.

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La importancia de la red logística

Otro factor que ayuda a iMile a afrontar temporadas altas es la red logística con que cuenta y los socios con los que tiene acuerdos. Si bien iMile cuenta con un parque vehicular propio de 210 unidades, tiene convenios con socios que les ayudan a extender su red logística.

«Unos proveedores nos dan vehículos, nos proveen de conductores y nos ayudan a extender la capacidad; lo que nosotros hacemos es asegurar las negociaciones anticipadamente para tener esa red que nos ayude a atender a nuestros clientes», aseguró Leonardo del Real.

El directivo comentó que iMile cubre toda la República Mexicana gracias a la red logística que ha conformado. «Hay unas zonas a las que no podemos llegar todavía porque necesitamos seguir creciendo; entonces, lo que hacemos es apalancarnos de otras redes, de proveedores mucho más grandes o empresas de logística mucho más grandes que nos ayudan a llegar a estas zonas».

iMile tiene estaciones propias de última milla en 12 ciudades así como dos estaciones grandes que dispersan el volumen hacia bodegas más pequeñas; «de esas bodegas más pequeñas podemos asegurar las entregas de última milla».

«Todo se distribuye desde nuestro centro de distribución nacional, que se encuentra en la Ciudad de México«, añadió el directivo y adelantó que tienen planes de incrementar el espacio hasta contar con una bodega de más de 13,000 metros cuadrados, para poder distribuir más de 300,000 paquetes diarios.

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