La pandemia de Covid-19 afectó la trayectoria de crecimiento de la industria automotriz aproximadamente una década, en comparación con las expectativas previas. La crisis de los semiconductores fue uno de los impactos externos más disruptivos que se combinaron para reducir las oportunidades esperadas en 2019, pero ciertamente no fue el único.

Lo anterior lo señala un análisis reciente de S&P Global Mobility, en el que también detalla que la escasez de semiconductores ha terminado, en su mayoría, para la industria automotriz.

De acuerdo con el estudio, el impacto de la pandemia de Covid-19 en la disponibilidad de semiconductores tuvo un efecto drástico en todas las facetas de la industria automotriz y, a su vez, en la economía global.

Sin embargo, a mediados de 2023, lo peor de las consecuencias parece haberse resuelto y la industria automotriz ha encontrado una nueva normalidad. La escasez de suministro de semiconductores que obstaculizó la producción de vehículos durante 2021 y 2022 ha pasado a un segundo plano.

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De 9.5 millones a medio millón

De acuerdo con S&P Global Mobility, en 2021 se perdieron más de 9.5 millones de unidades de la producción mundial de vehículos ligeros como resultado directo de la falta de los semiconductores necesarios; mientras que el tercer trimestre de 2021 experimentó el mayor impacto con una pérdida de volumen estimada de 3,5 millones de unidades.

Estas pérdidas se estiman a partir del análisis de los anuncios de los fabricantes en comparación con la estimación de S&P Global Mobility.

Otros 3 millones de unidades se vieron afectadas en 2022. Sin embargo, durante la primera mitad de 2023, las pérdidas relacionadas con los semiconductores se redujeron a unas 524,000 unidades en todo el mundo.

La producción automotriz en 2023 ha mejorado a medida que los fabricantes de automóviles y los proveedores se han adaptado al entorno actual.

Dicho esto, el impulso previo a la pandemia hacia una producción anual de 100 millones de vehículos a nivel mundial se ha retrasado una década, según el análisis.

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Aumenta el valor de los semiconductores instalados

«Pasamos de una interrupción obvia, claramente visible a nivel de fabricante de automóviles y de planta, a una etapa en la que sabemos que la restricción permanece, pero es imposible de identificar», dijo Mark Fulthorpe, Director Ejecutivo de Producción Global de Vehículos Ligeros de S&P Global Mobility.

Lo que fue único en el período de la pandemia fue la escasez al por mayor entre prácticamente todos los proveedores; tal situación afectó a varios tipos de componentes, incluidas las unidades de microcontroladores, o MCU, y los analógicos basados ​​en la capacidad de los nodos de procesos maduros.

«Ahora estamos en una posición en la que la industria automotriz se ha adaptado a un suministro limitado y, como resultado, es mucho menos probable que se vea afectada por una interrupción significativa», agregó Fulthorpe.

Sin embargo, la demanda de sistemas cada vez más complejos de infoentretenimiento, seguridad y autonomía del vehículo seguirá aumentando el uso de semiconductores.

Phil Amsrud, Analista Principal Senior del equipo de Proveedores y Componentes de S&P Global Mobility, estima que el valor de los semiconductores instalados en vehículos promedió 500 dólares por automóvil en 2020, pero se prevé que alcance los 1,400 por automóvil para 2028.

Potencial de interrupción futura

Aunque la crisis de los semiconductores es resuelta en gran medida, la situación del suministro de chips aún conlleva un grado de incertidumbre. La demanda aún supera la oferta de varios tipos de chips. Hay una escasez, incluso cuando la industria automotriz puede manejarla mejor hoy que hace dos años.

Si bien la demanda de chips de la industria de la electrónica de consumo se ha debilitado recientemente, es probable que se recupere mientras el uso de semiconductores en los automóviles continúa aumentando, que son factores que indican una presión continua.

Los riesgos comerciales geopolíticos también continúan; lo anterior se demuestra con la decisión de China continental a principios de julio de restringir las exportaciones de algunos materiales semiconductores clave.

La consolidación de la electrónica en la industria automotriz también está impulsando la demanda de semiconductores para automóviles, con controladores de dominio y computadoras centrales que reemplazan a las unidades de control electrónico (ECU). Esto no disminuye la necesidad de chips, sino que significa que se necesitan más chips y más potentes.

S&P Global Mobility advierte que la buena noticia es que esta consolidación permite el uso de sistemas en chip (SoC) más avanzados. Aquí es donde se dirige la mayor parte de la inversión en capacidad.

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