Ante las medidas anunciadas por la Semarnat para mejorar la calidad del aire en la Megalópolis, el Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) publicó el artículo «Crónica de una contingencia anunciada: Propuestas para reducir la contaminación en el largo plazo», en el cual señala que la renovación del transporte resultará insuficiente si no se acompaña de mejores regulaciones en materia de emisiones contaminantes, movilidad, integración y desarrollo urbano.

Entre los argumentos presentados, el IMCO destaca que en México tenemos «un retraso de dos generaciones tecnológicas», pues las normas de emisiones datan de 2003 (para vehículos ligeros) y 2006 (para pesados), por lo que, incluso si se lograra sustituir la mayoría de las unidades con los apoyos anunciados por autoridades locales y federales, los nuevos vehículos seguirán siendo entre cinco y diez veces más contaminantes que los de Estados Unidos y Canadá.

Para contrarrestar este problema, el instituto propone actualizar la NOM-042 y la NOM-044 para control de emisiones en vehículos nuevos, así como la NOM-016, que regula la calidad de los combustibles y la cual, considera el IMCO, debería incluir un plan para reducir el contenido de azufre en todas las gasolinas de 30 ppm a 10 ppm (promedio) de aquí al 2020.

También plantea que es necesario ampliar el paquete de incentivos para masificar el acceso a vehículos eléctricos y gas natural, para lo cual, señala que se requiere la cooperación de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y la Comisión Reguladora de Energía (CRE), junto con las armadoras, empresarios y gobiernos estatales para invertir en estaciones de recarga y suministro de electricidad y gas natural vehicular (GNV) en la ciudad.

Por otro lado, el IMCO apunta que «el sistema de movilidad no tiene las capacidades institucionales ni financieras necesarias para ofrecer un servicio de calidad que facilite a las personas cambiar el auto privado por otros modos de transporte». Ejemplo de ello, indica el instituto, es que no se ha publicado el Reglamento de la Ley de Movilidad, el cual «permitiría materializar un fondo de movilidad que serviría para canalizar los recursos generados por los mecanismos de gestión del automóvil, como son los cobros por congestión y parquímetros»

Además, señala que el Reglamento de Construcciones incentiva un mayor uso del automóvil, al exigir un alto número de estacionamientos a las nuevas construcciones sin considerar su cercanía con el transporte público. Por ello, el instituto propone eliminar estos requisitos y establecer un impuesto especial al uso de estacionamientos públicos, del que sólo estarían exentos los residentes acreditados de las zonas aledañas.

El IMCO también recomienda la creación de «un organismo metropolitano de transporte que integre la planeación y operación de los distintos modos de transporte de la ciudad, incluyendo al Metro, Metrobús, Transportes Eléctricos, RTP, Mexibús, Tren Suburbano, Ecobici y el transporte concesionado», al igual que la instauración de un consejo u órgano regulador metropolitano que homologue las reglas de operación del transporte público y vigile su cumplimiento.

Asimismo, el instituto plantea que se debe «aprovechar los fondos adicionales autorizados por la SHCP para ampliar la cobertura de transporte público masivo en las zonas de la CDMX que aún no han sido cubiertas y en toda la zona conurbada del Edomex». Agrega que estos recursos se pueden «complementar con esquemas de financiamiento como las asociaciones público privadas que se implementaron para el Metrobús».

De igual manera, el IMCO considera necesario hacer más estrictas las condiciones para renovar u otorgar nuevas concesiones de rutas, con el objetivo de que se garantice que los operadores tengan la capacitación necesaria, que las unidades reciban el mantenimiento adecuado y que, en caso de fallas en el servicio, incumplimiento en el mantenimiento o renovación de unidades, se aplique de inmediato la revocación.

Finalmente, el instituto propone generar incentivos para que las empresas de transporte de carga coordinen sus operaciones. Como ejemplo, cita los casos de ciudades como Barcelona, Kuala Lumpur y Ámsterdam, donde «se ha logrado mejorar la eficiencia operativa del transporte de carga a través del sistema conocido como cross-docking”, el cual «consiste en crear parques logísticos en las afueras de las ciudades, donde las mercancías puedan ser transferidas de camiones foráneos a vehículos locales para realizar entregas en un solo punto o en varios puntos cercanos»

El IMCO puntualiza que dicho sistema «debe ir de la mano de una regulación inteligente del transporte de carga, que todavía es deficiente en esta metrópoli. El nuevo diseño debe incluir aspectos como restricciones de horarios y de vialidades para este tipo de tránsito».