El miércoles 18 de noviembre de 2015, Grupo Transportes Monterrey (GTM) reveló con bombo y platillo la inclusión en su flota de diez camiones Kenworth T680, similares en su exterior a cualquier otro vehículo de este modelo, pero muy distintos a ellos en el interior.

¿Qué diferenciaba a estos camiones del resto? Básicamente que contaban con un motor a gas natural, proporcionado por Cummins, con el cual buscaban conseguir su objetivo de impulsar el mejoramiento del medio ambiente.

Pero la compañía no tenía el único propósito de quedarse con estas 10 unidades, sino que en aquel entonces señalaba que su objetivo era adquirir para 2016 un nuevo conjunto de 20 o 30 camiones con esta misma característica.

La noticia parecía que no llegaría a tener mayor repercusión que la sustentabilidad, sobre todo si se toma en cuenta que en el país apenas el 0.4% del total de vehículos de autotransporte de carga cuenta con esta particularidad. Sin embargo, varios meses después de la presentación todo tomó sentido.

Y es que el 30 de marzo de este año, apenas 133 días después del anuncio hecho por GTM, el Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, dio a conocer que, dadas las condiciones de contaminación que existían en la capital del país, en unos días entraría en vigor la aplicación del programa “Hoy No Circula”.

La restricción afectó prácticamente a todos los automotores, incluido el autotransporte de carga, que durante esta etapa tuvo prohibido circular diariamente entre las 6 y 10 de la mañana, y, en caso de existir doble contingencia, debía detenerse totalmente.

Esta acción generó sin lugar a dudas pérdidas considerables para el sector, que tuvo que llegar al límite de sus capacidades para poder operar y realizar sus movimientos a pesar de la situación imperante.

Pero hubo una empresa que si bien sí salió lastimada con la situación de contingencia, pudo salir adelante mejor que muchas otras. Estamos hablando precisamente de GTM, que explotó durante esta etapa el uso de sus camiones a gas natural, con capacidad de ahorro anual de hasta 36 toneladas de dióxido de carbono.

Above view of business team sitting around table and working

Adelantarse al riesgo

Sería desatinado considerar que la maniobra de GTM de adquirir camiones a gas natural fue una mera coincidencia y no una de sus capacidades para prever que el 2016 sería un año complicado en materia de contaminación.

Y es que muy probablemente lo que sucedió fue que la empresa aplicó una correcta estrategia de gestión de riesgos, una competencia que permite a las compañías advertir cuáles son las complicaciones que pudieran llegar a presentarse y actuar en torno a ellas.

“Por gestión de riesgos podemos entender el manejo que hacen las compañías de todas las situaciones adversas que se les pueden ir presentando, ya sean financieras, económicas, políticas e inclusive sociales, a fin de evitar que lleven a la empresa a sufrir algún tipo de daño”, aclara Álvaro Vargas Briones, académico de la Escuela Bancaria y Comercial (EBC).

¿Por qué las compañías necesitan la gestión de riesgos? Básicamente, detalla el también especialista en competitividad empresarial, porque sin ella su trabajo de planeación estratégica podría ser obstaculizado por súbitas contingencias.

Con él concuerda Sergio Villarreal, responsable de la Práctica de Auditoría Interna, Riesgos y Controles para México en Deloitte, quien también vislumbra la gestión de riesgos como un freno que permite a las compañías evitar una colisión.

“Me gusta mucho usar para la gestión de riesgos la metáfora del acelerador y el freno del auto: cuando una empresa define su estrategia pisa el acelerador, pero en el recorrido siempre pueden surgir obstáculos que te detengan, y para no chocar pisas el freno, o en este caso, utilizas la gestión de riesgos”, aclara.

El experto señala que la pregunta básica a la que debe responder un trabajo de gestión de riesgos al interior de las firmas es: ¿qué podría salir mal?, algo que muchas veces no se quiere evaluar por dos razones: exceso de confianza o simplemente miedo.

El tema está relacionado indudablemente con la cultura de prevención de la empresa, tanto de manera interna como externa: “Hoy tienes que anticiparte, informarte, ver lo que puede llegar a suceder para poder actuar”, define Vargas Briones.

Pasos en el autotransporte

 El caso de GTM, deja patente la importancia para las empresas de autotransporte de dar sus primeros pasos para el establecimiento de una estrategia de gestión de riesgos que les permita actuar ante cualquier tipo de eventualidad.

Y así lo están haciendo ya algunas compañías del sector, como Transportes Lar Mex, que en voz de su Director General, Gerardo Garza, relata que como parte de sus acciones destinadas al fortalecimiento de la institucionalización de su compañía, establecieron un departamento de control interno desde el cual se están iniciando en la gestión de riesgos; en primera instancia, tratando de ubicar posibles contingencias que se pudieran presentar en la propia firma.

“El control interno resulta básico para establecer procesos adecuados de funcionamiento y registrar sus mediciones, lo que te permite tener indicadores que pueden revelarte qué es lo que se está haciendo bien y mal”, expone.

También está avanzando en el tema Cooperativa Cuauhtémoc, empresa que según explica Ernesto Soto Cuellar, Gerente General y Presidente del Consejo, también se está iniciando en la gestión por medio de un área de seguridad e higiene, que les ayuda a monitorear los riesgos en la operación de sus camiones.

“Esta área nos sirve para ir midiendo las situaciones que se van presentando y analizar dónde pueden surgir los riesgos. Sabemos que la mayoría de ellos están principalmente en transporte y logística −esa parte que tiene que ver con los operadores−, debido a los accidentes, robos y demás situaciones que pueden aparecer aquí, por lo que ponemos especial énfasis en este segmento”, admite.

El caso de Transportes Lar Mex, al igual que el de Cooperativa Cuauhtémoc son destacables; sin embargo, el ejecutivo de Deloitte admite que tanto en esta industria como en general en las empresas mexicanas, aún hay mucho trabajo por realizar en gestión de riesgos.

“Yo creo que las compañías tienen todavía mucho qué hacer. Vamos por buen camino, pero es muy importante que crezca tanto la visión interna como externa para prevenir afectaciones”, destaca.

Riesgos

Claves para iniciarse en la gestión de riesgos

 El académico de la EBC, Álvaro Vargas Briones, asegura que no es necesario ser una empresa de gran tamaño para trabajar en el tema, sino que cualquier firma de autotransporte, aun siendo micro o pequeña, puede hacerlo.

¿Cómo se debe empezar a trabajar entonces? Vargas y Villarreal, en conjunto, señalan que existen ocho claves para poder crear una estrategia antirriesgos exitosa.

1.- Reconocimiento de la cúpula: todo debe comenzar, advierte Sergio Villareal, con el reconocimiento por parte de la cúpula directiva de la compañía, de la importancia de advertir riesgos y evitar caídas inesperadas. Cabe señalar que sin el apoyo de la dirección en el tema, las cosas pueden no caminar de manera satisfactoria.

2.- Análisis general del mercado: en segundo lugar, Álvaro Vargas Briones sostiene que es preciso impulsar la realización de un análisis general del mercado en el que se desenvuelve la compañía, con el objetivo de ubicar barreras, restricciones y oportunidades sobre las cuales se deba profundizar

3.- Evaluación de procesos internos: ambos especialistas coinciden en que es muy importante efectuar una evaluación sobre las posibles situaciones de riesgo al interior de la empresa, misma que puede ser reforzada mediante un análisis de los procesos internos. La idea es conocer perfectamente qué se está haciendo bien y qué se está haciendo mal, para después cambiarlo.

4.- Conocer a detalle a la competencia: algo que también resulta importante, menciona el profesor de la Escuela Bancaria y Comercial, es tratar de saber de qué manera están abordando el tema de la gestión de riesgos otras compañías, con miras a darse una idea de cómo ellas se adentran en el asunto.

5.- Grado de exposición al riesgo: una vez que se tienen todos estos elementos sobre la mesa, algo fundamental que es preciso hacer, aseguran los especialistas, es poner en papel todas las situaciones de riesgo que de alguna u otra manera pudieran presentarse, tanto al interior como en el exterior de la compañía. Para ello, se deben tomar en cuenta todos los factores que afecten a su nicho: empresariales, laborales, sociales, políticos o económicos.

6.- Mapas de acción: posteriormente, llegará la hora de, con base en esos riesgos ubicados, crear mapas de acción que dejen en claro cuál es la estrategia que se va seguir para hacerles frente en cualquier momento en que pudieran surgir. Las estrategias deben considerar acciones de prevención que puedan inhibir su aparición.

7.- Responsabilidad de los trabajadores: ya casi para terminar, Sergio Villarreal, integrante de Deloitte, manifiesta que un punto que no puede olvidarse es el de dejar muy en claro las responsabilidades que tendrá cada uno de los trabajadores, tanto en la prevención como en la acción en materia de crisis. Todos deben estar preparados para actuar.

8.- Seguimiento y evaluación de nuevos riesgos: Finalmente, los analistas instan a las empresas a no detenerse una vez que llevan a cabo este proceso, ya que es necesario darle un seguimiento constante con miras a ubicar nuevos retos en el panorama.