A pesar de que los remolques, contenedores, plataformas u otro equipo aliado estén diseñados para soportar grandes cantidades de carga, no se les puede llenar o estibar de mercancías de una forma indiscriminada, ya que la distribución de la carga es fundamental para la operación. 

De hecho, la distribución de la carga en el autotransporte es todo un arte, ya que no se trata de ingenio ni del famoso dicho que afirma que todo cabe en un jarrito sabiéndolo acomodar, sino de conceptos y parámetros técnicos y físicos para garantizar la seguridad del vehículo y su mejor desempeño. 

Es cierto que cuando se trata de una carga homogénea, la distribución sí se da prácticamente durante toda la superficie de la caja, pero cuando hay mercancías de distintos volúmenes, dimensiones y pesos, ahí es cuando se pone a prueba el conocimiento de quienes realizan esta importante actividad. 

En este contexto, cuando se habla de distribución de carga, hay que conocer un concepto muy importante: peso vacío. 

Ahora sí, en términos técnicos, hay que entender que, por lo general, los dos ejes del equipo aliado están diseñados para soportar el 43%  de la carga cada uno, incluyendo, por supuesto, el peso del remolque.

El otro 14% se distribuye en los ejes del vehículo, y también contempla el peso bruto de la unidad. 

De esta manera, se podría decir que cada eje puede cargar algo así como 15 toneladas, pero eso sí, siempre teniendo en cuenta la distribución de la carga dentro del espacio del remolque.

Y aunque hay un sinfín de posibilidades en cuanto a la distribución de la carga, existen conceptos y parámetros que ayudan a hacerlo de la mejor manera posible.

Carga completa se refiere a las mercancías homogéneas y que ocupan el mismo espacio, y en este caso, se recomienda colocar el mayor peso en la parte delantera del remolque, para que el centro de gravedad esté precisamente al centro de la unidad. 

También hay que evitar las mercancías pegadas a las puertas del remolque, ya que en caso de moverse podrían ejercer presión sobre éstas e, incluso, garantizar un mejor desempeño en el movimiento del vehículo.

Por el contrario, cuando hay cargas incompletas, la distribución de la carga debe hacerse entre los dos ejes a fin de tener una mejor repartición del peso y evitar desgaste prematuro de las llantas y maltrato de la suspensión. 

¡Cuidado con la física y el movimiento!

La teoría sobre la distribución de la carga dentro de un remolque ha quedado clara hasta cierto punto, ya que aún falta una variable que puede hacer más compleja la ecuación: el vehículo en movimiento.

Cuando un camión cargado circula por calles o carreteras las reacciones al movimiento se multiplican de una forma considerable y, si no se tiene la precaución adecuada, las consecuencias podrían ser drásticas. 

Por ejemplo, a la hora de frenar, la inercia del vehículo y su carga se traslada hacia el frente. Esto disminuye la superficie de contacto entre las llantas y el pavimento y prolonga la distancia de frenado, lo que claramente pone en riesgo la seguridad de los ocupantes, de las mercancías y, naturalmente, de los peatones.

Al momento de girar, la inercia lateral del peso del vehículo se multiplica exponencialmente con cada cambio de dirección y al mismo tiempo, eleva el centro de gravedad, lo que aumenta la posibilidad de que la unidad se vuelque. 

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Por último, los especialistas recomiendan evitar espacios entre las estibas al interior del remolque, ya que esto ayuda a evitar movimientos durante el viaje, además, claro de la correcta sujeción y/o bloqueo de las mercancías