La escena ocurre en el patio de una empresa en Ecatepec, Estado de México. Uno de los operadores de más confianza para el dueño tiene la facultad de repartir algunos viajes según los tiempos de conducción de cada uno de sus colegas. Si alguno lleva ya muchos kilómetros ahora le tocan viajes cortos y viceversa. 

Otro operador pide el embarque que irá de Ciudad de México a Veracruz. Es normal que a veces alguno alce la mano y pida un viaje determinado, pero en esta ocasión, el primer operador sospecha, pues el que alzó la mano es nuevo y más bien ya le tocaría descansar, pero le justifica que requiere más kilómetros porque debe juntar un dinero para pagar algunas deudas. 

Al final sí le otorga el viaje y le da las indicaciones de rutina. Le pide que se reporte y que no vaya a llegar tarde, porque ese cliente es muy estricto y suele multar a la empresa cuando algo se atrasa. Sin mayores palabras el segundo se va y el primero se queda.

De la segunda escena no hay registro, pero la versión oficial dice que tres camionetas le dieron alcance al camión en la zona de Amozoc y no se supo más. 

No es difícil imaginar que lo encañonaron y lo bajaron del tracto. El operador hizo el reporte y se hizo el protocolo de rutina hasta encontrar la unidad kilómetros cerca. 

El punto es que no fue un robo sino un auto robo. El conductor ya tenía al menos tres incidentes casi idénticos y lo único que pasó fue que lo despidieron.

El conductor uno cuenta esta historia y sabe que la mala reputación que tiene el gremio no es gratis, pero también sabe que hay mucho por hacer para mejorar la reputación de los operadores. 

Empezando por el respeto, afirma. El respeto por el trabajo, pues al final en la gran mayoría de los casos se trata del sustento de toda la familia. Por eso hay que cuidarlo. 

Hay una corresponsabilidad ineludible entre los empleadores, los generadores de carga y, por supuesto, los operadores. 

Comer bien, descansar y no conducir bajo los efectos de algún estupefaciente. No es difícil, pero tampoco fácil. Todos lo saben. 

Hay que cumplir las normas, llegar a tiempo y mantener una relación cordial con los colegas operadores y con los clientes. 

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Los operadores deben tener presente que hay que respetar los límites de velocidad y, sobre todo, a la carretera, pues sí es una gran amiga, pero también es la mejor maestra.

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