El empleo del gas natural como combustible para el transporte ha ganado relevancia debido a sus potenciales beneficios ambientales y económicos.

Uno de los costos operativos más importantes en el transporte de carga es el combustible; el sector ha enfrentado desafíos relacionados con la búsqueda de alternativas más sostenibles, eficientes y económicas desde el punto de vista energético.

Es entonces que el gas natural emerge como una opción. Hay que mencionar que existen dos tipos de uso del gas natural: comprimido (GNC) y licuado (GNL); la principal diferencia radica en la forma en que se almacenan y se utilizan.

El GNL se almacena en forma líquida a muy bajas temperaturas, lo que permite un mayor almacenamiento energético en un espacio más reducido. Por otro lado, el GNC se almacena en forma gaseosa a alta presión, lo que requiere un espacio de almacenamiento mayor.

Para Ernesto Del Blanco, Director General de ELAM FAW, el uso de gas natural como combustible para el transporte de carga es una transición obligada hacia nuevas fuentes de energía sustentable.

«No se pueden dejar de lado diferentes aspectos, sobre todo aquellos que impactan de manera directa al medioambiente. Los beneficios son muchos, si nos ponemos del lado de una micro empresa de transporte o empresa flotillera, se ven reflejados en un menor desgaste de motor, por ende hay ahorro en mantenimiento y los vehículos permanecen más tiempo en carretera», agregó Del Blanco.

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Beneficios del gas natural

Un beneficio significativo de emplear GNL o GNC es la reducción de costos operativos. Los precios del gas natural tienden a ser más estables y menos volátiles que los del diésel, lo que permite mayor previsibilidad en los costos para los operadores de flotas de transporte pesado.

Actualmente, hay 96 estaciones de servicio en 18 estados de la República Mexicana, y se espera que para finales del 2023 pueda incrementarse en un 13%.

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Sin duda alguna el costo es un gran diferenciador e incentivo para adquirir los vehículos a GNC y GNL, pero aún existen otros puntos:

  • Reducción de emisiones y mejora de la calidad del aire. Según datos de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA), el uso de gas puede reducir las emisiones de dióxido de carbono (CO₂) hasta en un 25%, así como disminuir las emisiones de óxidos de nitrógeno (NOx) y partículas finas.
  • Diversificación energética y seguridad del suministro. El uso de gas puede contribuir a la seguridad del suministro energético, ya que las reservas de gas natural son más abundantes y geográficamente más dispersas que las de petróleo.
  • Infraestructura en desarrollo y economía. El despliegue de infraestructura para el suministro de gas como combustible para el transporte de carga pesada está en constante crecimiento. Este desarrollo de infraestructura permite un suministro más accesible y una mayor cobertura geográfica.

«El uso del gas como combustible para el transporte de carga pesada ha sido respaldado por organismos internacionales debido a sus beneficios ambientales, su contribución a la diversificación energética y su impacto económico positivo», concluyó Ernesto Del Blanco.

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