La historia de Transportes San Rafael se remonta a la década de los setenta, cuando Rafael Pérez, junto con sus hijos José Delfino y Leonardo Pérez Vian, empezaron a trabajar para la recién llegada Kimberly Clark a Orizaba, Veracruz.

Ellos son originarios de Puebla, pero don Rafael vio el auge que estaba teniendo el transporte en las zonas de Córdoba y Orizaba y no dudó en invertir en transporte, junto con sus hijos y amigos de su estado natal.

Se organizaron y empezaron a aprovechar las oportunidades que se presentaban por aquel entonces. Primero con rabones y luego con camiones tipo torton iniciaron moviendo bagazo de caña. Apenas un par de años después ya tenían tractocamiones y seguían creciendo los tres fundadores de Transportes Pérez Vian, que años más tarde se convertiría en Transportes San Rafael.

Fue en 1984 cuando legalmente dieron de alta la empresa, pues ya habían crecido suficiente y buscaban profesionalizar el servicio, pues así lo demandaba la propia operación. Pero luego llegaron las crisis, sobre todo la devaluación de 1994, y la empresa sufrió un duro golpe.

Por aquella época en que Leonardo Pérez, nieto de don Rafael, se incorporó a la empresa manejando un tractocamión, pues desde siempre le gustó el transporte.

Fue justo en esa década en que la situación se puso complicada y ya para el año 2000 cada familia tomó su camino, de tal manera que Leonardo con su padre hicieron lo propio ahora bajo el nombre de Transportes San Rafael, en honor al abuelo.

El panorama no era el más alentador, ya que al dividir la empresa tuvieron que empezar a conseguir nuevos clientes, hacer lo que fuera posible con la flota existente y siempre seguir trabajando.

En palabras de Leonardo Pérez, actual director de Operaciones de la compañía, durante todos esos años les tocó ser hombre-camión, pues no podían consolidar sus crecimientos, cuando los había.

Cuando cada empresa estaba a cargo ya de la tercera generación, la hija de José Delfino y el hijo de Leonardo platicaron y propusieron volver a juntarse, para revivir la empresa fundada por sus padres y el abuelo.

Unir sus flotas, su capital y operar bajo un mismo nombre y con una sola empresa. Ella se haría cargo de la parte administrativa y él de la operativa; y así lo hicieron.

“Esa sin duda ha sido la mejor decisión que hemos tomado porque fue así como al fin pudimos crecer, ya que pusimos orden y unimos nuestras ganas de hacer mejor las cosas”, afirma Leonardo Pérez.

Incluso en toda la región de Orizaba y Córdoba todavía los conocen como los Hermanos Pérez Vian, a pesar de que todavía no logran cambiar las actas constitutivas para recuperar el nombre original de la empresa, y mientras se llama Transportes San Rafael.

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Hoy ya están observando hacia el futuro, pues gozan de buenos crecimientos, finanzas sanas y estabilidad tanto en la operación como en el personal.