El tractocamión marcado con número económico 0013 sale del Puerto de Manzanillo rumbo a la Ciudad de México. Arrastra dos contenedores llenos de insumos para la industria química y sale en tiempo, justo antes del alba. No va en convoy, pero se persigna y toma camino hacia el centro del país.

Había pasado más de una hora cuando, a plena luz del día, una camioneta le da alcance, y el sujeto que viaja de copiloto le indica que se orille, pero lo hace con un arma larga. El conductor intenta reaccionar, pero antes de que tome una decisión escucha la metralla que perfora la lámina del tracto. 

Ahora sí, por mero instinto se orilla apaga la máquina y levanta las manos. Cierra los ojos y empieza a rezar. Los sujetos se detienen frente al camión y se bajan rápido, se suben al tracto y avientan al conductor sobre el acotamiento. Lo ponen en marcha y se pierden sobre el camino. 

El conductor puede contar esta historia y, de hecho, es lo que reporta a la empresa en la que trabaja y después a las autoridades. En lo que va del año ya son tres robos los que sufre esta flota más o menos por la misma zona y en distintos horarios. Lo que sí, el modus operandi es prácticamente idéntico. Todavía no pensaban en el convoy.

A pesar de que los vehículos, los remolques y las mercancías cuentan con seguro, la prioridad para la empresa es la seguridad e integridad de los operadores y también la certeza y eficiencia de la operación, ya que entre tanto trámite y denuncia se invierte mucho tiempo. 

Así, sobre la marcha, el dueño de la empresa reorganiza parte de la operación a fin de que se “pierda” un poco de tiempo y que sus camiones ya no salgan solos del puerto. Prefiere que al menos sean tres los que salgan en convoy, ya que tiene la fortuna de que sus fletes son consolidados en la ruta hacia la capital del país.

No es fácil, pero es la mejor manera de disminuir los riesgos. De hecho, desde que implementó esta pequeña mejora ya no han sufrido robos, a pesar de que éstos siguen siendo constantes, sobre todo para los que viajan solos. 

Y es que la telemetría sí ha ayudado para rastrear los vehículos y controlar la operación y manipulación de los vehículos, pero hay ciertas zonas en las que la señal es deficiente o los famosos jammers inhiben su correcto funcionamiento.

Por otro lado, pensar en viajes con custodia no es rentable, ya que el costo de los fletes no deja mucho margen de maniobra y hasta el momento, la idea del convoy, que si bien no es nueva y no ofrece garantías, ha dado buenos resultados. 

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Así es como este operador, junto con sus colegas y quienes se han sumado a los trayectos acompañados, viajan más tranquilos en convoy y con poco más de certeza, y aquí seguirán, junto con nosotros, Al Lado del Camino.