Investigadores de la Unidad Azcapotzalco de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) desarrollaron UAMmero, un software que permite modelar el funcionamiento de vehículos de transporte de carga y calcular, tanto el consumo de combustible como las emisiones de contaminantes, entre otras funciones.

Fue desarrollado por el doctor Nicolás Domínguez Vergara, el ingeniero José Luis Pantoja Gallegos, profesores del Departamento de Sistemas de la citada sede académica, y Daniel N. Domínguez Pérez, estudiante de la Facultad de Ingeniería de la Universidad Nacional Autónoma de México(UNAM).

Domínguez Vergara y Pantoja Gallegos explicaron que esta herramienta sería de gran utilidad para las autoridades encargadas de la toma de decisiones en materia medioambiental y energética, así como para empresarios del ramo de transporte de carga, ya que optimizaría el gasto en combustible y, por tanto, disminuiría la emisión de gases de efecto invernadero.

Los especialistas puntualizaron que en México el sector automotriz es de los más contaminantes y, a diferencia de lo que ocurre con los vehículos, no es práctico someter el transporte de carga a un dinamómetro para ser verificado, por lo que Japón, Estados Unidos y algunos países europeos evalúan las emisiones contaminantes mediante computadora a partir del modelo del motor, la transmisión, el diferencial y las llantas, entre otros elementos.

En México ha sido explorada la posibilidad de estimar las emisiones con el software estadounidense Greenhouse Emission Model, cuyo uso no es viable por varias razones: está diseñado para carreteras planas y en el territorio nacional existen muchas pendientes en las que se requiere más combustible; modela transmisiones de diez velocidades y en el país se emplean hasta de 18, y funciona con diésel ultradesulfurado, que no se vende en cualquier expendio en México.

En ese programa la masa total del vehículo se calcula en 31 toneladas y de acuerdo con las leyes mexicanas aquélla puede ser de hasta 75.5 toneladas; cuando la norma se viola no es extraño identificar muchos tractocamiones que transportan hasta 100 toneladas.

Con la privatización del ferrocarril se dejó de prestar el servicio, lo que incrementó el número de unidades de transporte de carga de doble remolque y la tendencia a sobrecargar los automotores, pues a las compañías les resulta más barato.

Los investigadores destacaron la relevancia de hallar formas de abatir el uso de combustibles, porque México importa 66% de la gasolina, 54% de diésel y más del 40% del gas natural que consume. La compra en el extranjero de alrededor de 35 millones de litros diarios de diésel –con el dólar al alza– arroja un impacto negativo en la balanza.

Modelo de emisiones

Debido a que el país paga mucho por ese recurso es necesario contar con herramientas que reduzcan su consumo y una manera de hacerlo es tener la información para calcular cuánto y cómo podría aminorarse.

Cuando la carga en el transporte es muy grande, la utilización de diésel aumenta y las emisiones también; esta sobrecarga se traduce en un daño notable a la infraestructura carretera, por lo que es indispensable desarrollar instrumentos que consideren éstas y otras variables, con el fin de contar con un sistema que funcione en condiciones óptimas.

Con el Modelo de Emisiones Resultantes de la Operación del vehículo desarrollado en la UAM es posible determinar cuánto combustible es empleado para hacer recomendaciones, por ejemplo, que sea transportada una carga menor para no dañar la vialidad y mantener las emisiones dentro de los límites permitidos.

Para realizar la simulación, UAMmero especifica tipo o motor de vehículo, carga, carretera –si hay pendientes o no– rapidez en el uso de combustible, transmisión o velocidades, ejes y llantas; también mide “el avance en el tiempo de la representación y calcula la masa inercial”.

Los parámetros que influyen en el movimiento del vehículo permiten simular el desplazamiento en vialidades, incluso si hay o no pendientes. También calcula el torque o capacidad de la unidad para dar vuelta a las ruedas y las revoluciones por minuto (rpm) del motor.

Esta información posibilita establecer el gasto en combustible y es relevante para la toma de decisiones, es decir, para el nuevo reglamento de tránsito de la Ciudad de México, que señala las vías en las que se circulará a 80, 50 o 20 kilómetros por hora. “Con esta herramienta identificamos que de 40 a cien kilómetros la cantidad de combustible es la misma para vehículos pesados”, precisaron los especialistas.

Las autoridades definen cómo reducir la velocidad en determinadas vías, pero ¿dónde están los estudios que respalden dichas medidas? En ese sentido, UAMmero podría ser de enorme beneficio para las secretarías de Medio Ambiente y de Energía.

Los investigadores enfatizaron la necesidad e incluso la obligación de que los transportistas y los operarios conozcan las características del funcionamiento de las unidades para saber de qué manera lograr un menor consumo de combustible. Para esto es indispensable impulsar la capacitación, que aunada a un mantenimiento adecuado del automotor significaría un ahorro de hasta 30 por ciento de gasolina u otro producto. Con el uso del software de la UAM tendrán una estimación de cuánto combustible gastarán en determinado recorrido.

Los especialistas universitarios comentaron que la siguiente etapa de este trabajo prevé su desarrollo para automóviles y el diseño de una App en dispositivos de fácil manejo por el usuario.