En días recientes, la industria del acero en México, que lleva a cabo importaciones de este tipo de mercancía, recibió otro duro golpe que se suma al de los aranceles impuestos por Trump a dicho sector, mismos que entraron en vigor desde el pasado 12 de marzo, y de los que hemos venido platicando en este espacio.

Este nuevo golpea la industria del acero, que fue anunciado el 5 de mayo en la conferencia de prensa de todas las mañanas, responde a las acciones que ha implementado el Gobierno federal, por conducto de la Secretaría de Economía, por cuanto hace a la eliminación o desincorporación, como la propia autoridad lo ha denominado, de poco más del 50% de los molinos extranjeros inscritos en su registro, originarios de China, Vietnam, la India, Alemania, Brasil y Corea del Norte, entre otros países.

En este punto vale la pena recordar que, justamente hace poco más de un año, la Secretaría de Economía publicó en el Diario Oficial de la Federación modificaciones a las Reglas y Criterios de Carácter General en Materia de Comercio Exterior, respecto a la tramitación de los Avisos Automáticos de Importación de Productos Siderúrgicos. 

Esto se refiere a la regulación y restricción no arancelaria que se debe cumplir para estar en posibilidad de importar diversas mercancías de este sector de la industria, aunado a que deben cumplir con su inscripción al padrón de importadores de sectores específicos para siderúrgicos o productos siderúrgicos, según sea el caso.

Entre las modificaciones destaca el registro de molinos productores de acero extranjeros, aplicable para aquellas mercancías que, tomando en consideración su fracción arancelaria para llevar a cabo su importación, ésta exija contar con el certificado de molino, documento emitido por el molino, que acredita la empresa que produjo el acero procesado en el propio molino. 

Para autorizar el registro de un molino, la Secretaría de Economía requiere, entre otra información, la relativa al nombre, propietario y tipo de molino, ubicación (domicilio completo), georreferencia, página web y capacidad nominal de acero bruto anual en toneladas. De acuerdo con lo indicado por su titular, Marcelo Ebrard, sobre la revisión efectuada, uno por uno, por instrucciones de la presidenta de México, detectaron inconsistencias e irregularidades en 1,062 entre un total  de 2,233 registrados, con fecha de corte a febrero de este año.

La medida implementada por el Gobierno federal de “cerrarle la llave” a las empresas mexicanas importadoras de acero extranjero, y con ello evitar la introducción a territorio nacional de acero proveniente de determinados molinos, sin duda representa un fuerte golpe a diversas industrias y no sólo a la del acero, en virtud de que, para otros sectores, el acero representa un insumo, parte o componente para la producción de diversos bienes, e incluso de activo fijo.

Faltan reglas claras para el acero extranjero

Lo que resulta cuestionable de esta medida es el procedimiento mediante el cual se llevó a cabo la eliminación, cancelación o desincorporación de los molinos del registro. Si bien es cierto que las Reglas y Criterios de Carácter General en Materia de Comercio Exterior establecen el procedimiento para inscribir un molino a dicho registro, la autorización queda totalmente a consideración de la Dirección General de Facilitación Comercial y de Comercio Exterior de la Secretaría. 

También es cierto que, dichas reglas, no establecen ni las causales, infracciones o irregularidades que darán inicio al procedimiento para justamente dar de baja a un molino. Es decir, dichas irregularidades con exactitud no se conocen, no se han hecho del conocimiento de los importadores afectados para que puedan hacer valer su garantía de audiencia, y en su caso presentar las pruebas y alegatos que a su derecho convengan para desvirtuar las presuntas irregularidades. 

Esta situación deja en un estado de incertidumbre, inseguridad e indefensión jurídica a los importadores, pues en algunos casos, cuando se informó la medida e incluso días después, cuando formalmente se eliminaron los molinos del registro, contaban con mercancía proveniente de dichos molinos ya sea en tránsito en aguas internacionales o bien, ya arribadas a puertos mexicanos.

La gran interrogante fue ¿qué va a pasar con ese acero? Porque una vez que fueron eliminados del registro, se actualizó en la VUCEM el catálogo que despliega los molinos para cuando se lleve a cabo la presentación del trámite del aviso automático, por lo que, si ya no aparece un molino, no es posible concluir el trámite y, en consecuencia, dicha mercancía no podrá ser importada.

Es en este sentido, y ante la falta de reglas claras respecto a esta decisión unilateral implementada por el Gobierno federal, que surgen algunas incógnitas y queda en duda si realmente el objetivo de esta medida fue proteger la producción nacional del acero, o si en realidad se tuvo que implementar esta acción ante la presión ejercida por el Gobierno de Estados Unidos para reducir la importación de acero proveniente de China y con ello, obligarnos a voltear a ver molinos americanos. La moneda está en el aire y las próximas semanas serán definitorias para la industria del acero en México. 

Brenda Angeles Romero
Abogada especialista en comercio exterior en CASADUANA
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