Adrián del Mazo, titular de la Dirección General de Autotransporte Federal (DGAF), manifestó que al tratarse de un esquema de reciente adopción, la puesta en marcha del actual programa de Renovación de Vehículos Obsoletos ha tomado tiempo para madurar y para cobrar relevancia entre los transportistas, y reconoció que como parte de la curva de aprendizaje que enfrenta, éste puede ser objeto de modificaciones que permitan darle mayor impulso.

Señaló que el objetivo de los requisitos solicitados tanto para los transportistas como para las empresas de chatarrización, ha sido el de pugnar por un proceso más transparente y formal. No obstante, reconoció que a través de las reuniones realizadas por el Comité de Seguimiento han evaluado la posibilidad de flexibilizar algunos requerimientos, principalmente el relativo a demostrar que la unidad ha estado en circulación los 12 meses anteriores a su destrucción y no necesariamente desde el 1º de enero de 2014, como se tiene contemplado hasta el momento.

Destacó que estas precisiones permitirían agilizar la destrucción de unidades obsoletas; sin embargo, aclaró que es labor de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) determinar su viabilidad.

El funcionario preció que otro de los temas de análisis sobre la mesa del Comité de Seguimiento es el referente al encadenamiento de las unidades, concepto que busca beneficiar no solo al que chatarriza su camión, sino también a las empresas que ponen en el mercado vehículos seminuevos en óptimas condiciones para su adquisición, las cuales también recibirían un estímulo para comprar un vehículo nuevo.