La Inteligencia Artificial (IA) parece estar en el centro de atención, ya que cada vez más se integra en nuestra vida cotidiana. Como ingeniero industrial, no puedo evitar ver la IA como una evolución avanzada y tecnificada de lo que, hace 30 años, estudié en la escuela bajo la materia de Investigación de Operaciones. En esa época, nos enseñaban a abordar situaciones o problemas diversos, traducirlos en ecuaciones matemáticas, y resolverlas utilizando el método simplex para encontrar una solución o, al menos, alternativas viables.
De manera similar, la Inteligencia Artificial ha emergido como una tecnología transformadora en diversas industrias, ofreciendo soluciones innovadoras a problemas complejos y abriendo nuevas posibilidades para el desarrollo sostenible. En particular, su aplicación en el transporte y la industria automotriz está teniendo un impacto notable, especialmente en el ámbito de la movilidad sostenible.
Inteligencia Artificial en la Movilidad Sostenible
Un ejemplo destacado de la aplicación de la Inteligencia Artificial en la movilidad sostenible es el desarrollo de vehículos autónomos. Éstos no sólo tienen el potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, sino que también pueden optimizar el uso de recursos y mejorar la eficiencia energética.
Equipados con sistemas de Inteligencia Artificial avanzados, los vehículos autónomos son capaces de evaluar su entorno en tiempo real, tomar decisiones de manera autónoma y desplazarse con seguridad sin intervención humana.
Gracias a sensores como cámaras, radares y láser, estos vehículos pueden detectar obstáculos, interpretar señales de tráfico y anticipar las acciones de otros conductores y peatones. La Inteligencia Artificial hace posible una conducción más eficiente y segura, reduciendo el consumo de combustible y minimizando el riesgo de accidentes.
Además, los vehículos autónomos tienen la capacidad de optimizar sus rutas en función de las condiciones del tráfico y las predicciones meteorológicas, lo que se traduce en menos congestión y una disminución en las emisiones de carbono.
Esta tecnología ya está en uso en algunas ciudades; tuve la oportunidad de experimentarla en San Francisco a bordo de un taxi autónomo de Waymo. Aunque la experiencia fue impresionante, aún existen áreas de mejora.
Por ejemplo, durante un trayecto, el vehículo tuvo dificultades para localizar la zona de descenso adecuada y, tras dar tres vueltas a la cuadra, tuve que presionar un botón en el tablero para que se detuviera lo más cerca posible del destino, lo que resultó ser a una cuadra y media de distancia.
Vehículos eléctricos y la IA en la gestión energética
Este tipo de unidades son fundamentales en la transición hacia un transporte más limpio, y la Inteligencia Artificial desempeña un papel crucial en la gestión energética de estos vehículos. La Inteligencia Artificial optimiza el rendimiento de las baterías y mejora la eficiencia general del sistema. Por ejemplo, en Estados Unidos, el costo de la electricidad varía según la hora del día, la potencia del cargador y la disponibilidad de paneles solares, entre otros factores.
Utilizando Inteligencia Artificial es posible predecir cómo se comportarán las baterías bajo estas condiciones y ajustar de manera óptima los ciclos de carga y descarga para maximizar su vida útil y rendimiento, al tiempo que se reducen los costos operativos.
Además, la IA se implementa en las estaciones de carga para gestionar la demanda energética de manera inteligente, equilibrando la carga en la red eléctrica y asegurando que los vehículos reciban la cantidad ideal de energía en el momento preciso. Esto no sólo mejora la experiencia del usuario, sino que también contribuye a la estabilidad de la red eléctrica, algo fundamental a medida que más vehículos eléctricos se integran en el sistema.
Conclusión
La Inteligencia Artificial está desempeñando un papel crucial en la transición hacia una movilidad más sostenible, especialmente en el sector automotor. Aunque no es una solución perfecta ni mágica, ofrece herramientas poderosas para optimizar la eficiencia, reducir las emisiones y mejorar la seguridad en el transporte.
A medida que la tecnología avanza, es probable que veamos un impacto aún mayor de la Inteligencia Artificial en la creación de un futuro más limpio y sostenible para todos.
Miguel Elizalde
Experto en Movilidad Sostenible
Redes @MELIZALDEL
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